La maldición del poder

La maldición del poder

La maldición del poder

David Alvarez

El poder es el impulso de muchos seres humanos por controlar la vida de otros seres humanos en función de lograr sus deseos. Va aparejado con el ansia de lograr bienes materiales para su disfrute personal.

Donde quiera que el poder se convierte en norma de la convivencia entre personas se pierde el valor por la dignidad humana y los individuos pasan a ser piezas para lograr los intereses de quienes buscan el poder.

Lo opuesto al poder es el servicio. El servicio es dedicar la vida para mejorar la existencia de quienes comparten un proyecto común o forman parte de una institución.

La única forma digna de vivir plenamente como ser humano es sirviendo a los demás. Tal como se repite a menudo: “Quien no vive para servir, no sirve para vivir”.

Quienes buscan el poder son seres egoístas que no se valoran a sí mismos y por tanto no valoran a los demás.

Su vida se orienta a buscar el reconocimiento de manera enfermiza, a acumular bienes como forma falsa de seguridad y únicamente saben relacionarse con los otros a través de la manipulación. Por tanto quienes buscan el poder no merecen la amistad y mucho menos la fidelidad.

En nuestra sociedad, fruto de la herencia trujillista-balaguerista, quienes buscan el poder aparecen en todas las facetas de la vida social.

Envenenan la convivencia y arruinan el esfuerzo por construir instituciones.

Únicamente el servicio altruista sana las personas y las organizaciones sociales de la maldición del poder.



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