La mafia y el robo de celulares

La mafia y el robo de celulares

La mafia y el robo de celulares

Rafael Chaljub Mejìa

Hasta ahora creía que el robo de celulares no pasaba de ser una acción propia del robo famélico, obra de rateros y ladroncitos de poca monta, y que todo terminaba cuando la víctima reportaba el hurto a la compañía prestadora de servicios y esta bloqueaba el número del aparato robado.

Por un reportaje del periódico español El País me entero de datos que me han dejado sorprendido. La información toma el caso de Colombia y da cuenta de que en ese país hay un móvil robado cada dos minutos.

En 2017 la cantidad de unidades robadas ascendió a un millón doscientas mil unidades.

Ese auge del robo de celulares ha tomado tal dimensión porque es parte de un negociazo con ramificaciones internacionales, de una larga cadena mafiosa que cruza varios países de la región.

Recientemente fueron desarticuladas más de diez organizaciones mafiosas que operaban en países como Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, Perú, Panamá. En tanto, Colombia, que no produce celulares, se ha convertido en exportadora de los mismos.

Allí operaban bandas con suficiente capacidad técnica como para la cambiar la identidad de un móvil robado y ponerlo en venta ya “lavado” o exportarlo.

En Colombia, parte de los teléfonos robados se exhiben en vitrinas, tras ser adquiridos por un negociante mafioso que sabe el origen de lo que compra, y quien va a adquirirlos en uno de esos establecimientos sabe perfectamente que compra lo robado.

La misma información dice que en este negocio sucio hay envueltos agentes de la misma autoridad.

Como se puede ver no se trata de un asunto sencillo, sino de algo que envuelve millones de dólares, de un gran negocio manejado por delincuentes con mucha capacidad.

En qué medida el robo de celulares en nuestro país estará afectado por ese creciente tráfico internacional de celulares.

Eso fuera bueno averiguarlo, pero no es de extrañar que así resulte. El robo de celulares, que por más que digan las autoridades se ha convertido en epidemia y hasta sus víctimas de sangre ha cobrado aquí, puede ser estimulado por el mercado que tiene asegurado y podría ser que ese delincuente que le hace dejar la conversación a medio talle y le arrebata su celular resulte ser el escalón más bajo de la red internacional que saca beneficios de la compra y venta de móviles robados.



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