La Junta en busca de la racionalidad perdida

La Junta en busca de la racionalidad perdida

La Junta en busca de la racionalidad perdida

La Junta Central Electoral hace bien en hacerles ver a las cúpulas de los partidos políticos las implicaciones de persistir en su obstinación de obligar por ley a ese organismo a organizar de manera simultánea los procesos de escogencia de candidatos por parte de las organizaciones políticas.

La Junta está cumpliendo con mostrarles todas las aristas del problema que quieren crearle al país ante su incapacidad de manejarse ellos mismos.

De persistir en su despropósito no será por ignorancia, sino porque simplemente no les importó llevar al país al caos y al dispendio con tal de ellos no cumplir con sus obligaciones.

Esos mismos a los que no les han importado los planteamientos del órgano electoral y de todos los sectores sociales que, por estar fuera de las pugnas internas de los partidos, pueden ver con claridad el tollo en el que podría convertirse el próximo proceso electoral.

Andan buscando remedios que son peores que la enfermedad y con vocación a complicarla aun más.

Si malo era someter al país a primarias abiertas y simultáneas organizadas por la Junta y financiadas por todos los contribuyentes, peor es la fórmula última presentada por la oposición, que permitiría que un partido celebre primarias abiertas con el padrón universal, que otros celebren primarias con su padrón y que otros hagan asambleas de delegados, todo el mismo día.

La Junta hace bien tratando de llevar a esa dirigencia política a la racionalidad.



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