La JCE del chisme a la acción

La JCE del chisme a la acción

Fruto de la vergüenza pública sufrida por los honorables miembros del pleno de la Junta Central Electoral (JCE) al recibir duros boches públicos de parte de la Cámara de Cuentas, de parte del Consejo Nacional para la Protección de la Niñez (Conani) y de parte del Colegio Dominicano de Abogados, los honorables han entendido que los chismes públicos no constituyen su lado fuerte, y aparentemente, o al menos momentáneamente, han decidido dejar de lado los chismes públicos para concentrarse en las tareas electorales para las cuales fueron designados, decisión que saludamos, y que esperamos ellos se mantengan en ese correcto camino.

Como personas inteligentes, porque tres de ellos son reconocidos como profesionales brillantes y muy inteligentes, ellos entendieron que los miembros del Pleno no están para chismear con asuntos de escáneres, ni están para gastar 25 millones de pesos en nuevas jipetas de lujo, sino que están para organizar un proceso electoral que sea transparente y confiable para todos los partidos políticos y para todo el pueblo dominicano.

Luego de pasar 4 semanas en el paredón de la opinión pública los honorables entendieron que era mejor dedicarse a trabajar en la organización temprana del próximo proceso electoral, con ley de partidos o sin ley de partidos, porque con esa ley, o sin esa ley, el proceso electoral del año 2020 tendrá que realizarse, por lo que el buen juicio indica que el presidente del Pleno, en lugar de preocuparse por una ley de partidos, que es competencia exclusiva del Poder Legislativo, y no de la Junta Central Electoral, y que podría tomar mucho en ser aprobada y promulgada, debe ocuparse de organizar de manera temprana el próximo proceso electoral porque en caso de quedar mal se le responsabilizaría de ese fracaso que nadie quiere.

Y dentro de ese ejercicio de opinar sobre el tema de moda hemos escuchado hasta a sacerdotes, sin ninguna experiencia política ni electoral, decir que sin una ley de partidos el próximo proceso electoral seria frustratorio. Pero, y quién ha dicho que unos comicios serían frustratorios por no tener una ley de partidos? porque siempre hemos tenido comicios sin ley de partidos. Lo que se necesita es una ley que nos enseñe a ganar y a perder y a celebrar cuando ganamos, pero también aceptar la victoria del otro y felicitarlo públicamente.

Los comicios siempre son frustratorios para el partido político perdedor y para los candidatos perdedores, pero nunca para el partido político ganador ni para los candidatos proclamados como ganadores, o, ¿Acaso puede decir el PRSC que los comicios de 1966 fueron frustratorios?, ¿Acaso puede decir el PRD que los comicios de 1978 y de 1982 fueron frustratorios?

¿Acaso puede decir Leonel Fernández y el PLD que los comicios de 1996 fueron frustratorios?, Acaso puede decir Hipólito Mejía y el PRD que los comicios del 2000 fueron frustratorios?, ¿Acaso puede decir Leonel Fernández y el PLD que los comicios del 2004 y del 2008 fueron frustratorios o acaso puede decir Danilo Medina y el PLD que los comicios electorales del 2012 y del 2016 fueron frustratorios?¿Acaso puede decir David Collado, el PRM y el PRSC que los comicios municipales del 2016 fueron frustratorios en el Distrito Nacional?, ¿Acaso puede decir José Paliza y el PRM que los comicios del 2016 fueron frustratorios en Puerto Plata?, no, nunca lo dirían porque en política se sale a desacreditar el proceso y a la JCEcuando los resultados electorales no les son favorables, pero donde los resultados les son favorables ahí todo estuvo bien.

Las leyes serán importantes cuando los seres humanos aprendamos a respetar y aplicarfielmente las leyes aunque en un momento determinado nos perjudiquen a nosotros.Es evidente que nunca  ha sido obligatorio contar con una ley de partidos para el proceso electoral pero,es urgente que los lideres políticos se sienten a reflexionar porque siempre han enviado un peligroso mensaje a los ciudadanoscon el llamado pataleo luego que la JCE da a conocer los votos obtenidos, y es una negativa cultura que aspiramos a que los políticos dejen en el pasado con o sin ley de partidos.

La JCE deberá dedicarse exclusivamente a organizar un exitoso proceso electoral, con o sin ley de partidos, pues condicionar el éxito del próximo proceso electoral a una ley de partidos que no tenemos es buscar una justificación para no trabajar y para que los políticos se dediquen a objetar y a incidental el próximo proceso electoral.