La intolerancia a la orden del día

La intolerancia a la orden del día

La intolerancia a la orden del día

El comunicador y educador social José Manuel Calderón, reconocido dirigente comunitario de la provincia de San José de Ocoa, vivió en carne propia el pasado jueves, la fragilidad de la cacareada democracia dominicana, cuando a propósito de la visita del señor presidente de la Republica, fue  privado de su libertad por la seguridad del primer mandatario.

La justificación del apresamiento de José Manuel, fue simplemente impedirle  distribuir un volante en el que la Junta de Organizaciones por la Vida, JOVI, pretendió comunicar al jefe del Estado, una lista de necesidades que incluyen obras  prometidas en más de una ocasión por el propio presidente.

Su detención duró más o menos tres horas, exactamente el tiempo transcurrido en el desarrollo del acto que encabezó el Dr. Fernández. Parece un juego de niño pero no lo es. El hecho de referencia no hace más que poner en evidencia la ausencia de un valor fundamental de democracia: la tolerancia.

 

*La autora es ex presidenta de la ADP y dirigente del Miuca.

El mensaje que deja un hecho de esa naturaleza es, que es un delito protestar, que es un delito disentir, que es un delito reclamarle a un Presidente de la República que cumpla las promesas hechas, en este caso a Ocoa, dicho sea de paso, en circunstancias muy difíciles, cuando sus habitantes fueron severamente golpeados por las inclemencias de fenómenos naturales.

Es cierto que la construcción de la democracia es un proceso, pero no es menos cierto, que los-as dominicanos-as tenemos 48 años para algunos, y 31 para otros, de transición democrática, y a duras batallas tenemos algunos avances en el terreno electoral. La democracia es mucho más que disponer de cuatro o cinco minutos para depositar el voto en cada contienda electoral.

Es mucho más incluso que tolerar la diferencia y lo diferente, pero no puede concebirse la democracia, por más caricaturesca que sea, sin practicar con naturalidad un valor tan fundamental para la convivencia y la participación como es  la tolerancia. 

Ejemplos de intolerancia ocurren las 24 horas del día en nuestro país,  y aunque los gobernantes de turno se reivindican democráticos, hacen muy poco para generar una cultura de tolerancia. Todo lo contrario refuerza cada vez esa visión faraónica de la figura del o la Presidente/a de la Republica.



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