La insurrección armada al servicio de la ley

La insurrección armada al servicio de la ley

La insurrección armada  al servicio de la ley

Rafael Chaljub Mejìa

Va a concluir el año 2015 y el cincuenta aniversario de la revolución constitucionalista de abril ha sido conmemorado con una buena cantidad de actividades.

Como lo merecen el acontecimiento de mayor trascendencia del siglo veinte, sus héroes, sus mártires y el más importante de todos sus protagonistas, el pueblo. Celebro personalmente que así haya ocurrido y solo agrego algo que considero de justicia histórica.

La jornada constitucionalista de 1965 tuvo como importante precedente la insurrección constitucionalista del 28 de noviembre de 1963, que culminó el 21 de diciembre con la muerte de Manuel Aurelio Tavárez Justo –Manolo-, líder del Movimiento Revolucionario Catorce de Junio -1J4-, que organizó aquel levantamiento.

De esa gesta se cumplen ahora cincuenta y dos años. A lo largo del tiempo no han faltado los reconocimientos a Manolo y sus compañeros de gesta y de martirio, pero me luce que al hecho no se le ha dado la dimensión debida y no oculto el sentimiento de decepción que me embargó cuando, al cumplirse los cincuenta años del mismo, la fecha pasó poco menos que inadvertida.

Esperé que el Congreso Nacional tomaría alguna iniciativa, y que los sobrevivientes, que al cabo de cincuenta y dos años cada vez somos menos, serían objetos de algún reconocimiento oficial. Con más razón a esperar si en el Congreso Nacional y en altas esferas del Gobierno ocupan cargos importantes dolientes directos, antiguos compañeros de Manolo, e incluso algunos que tomaron parte en el hecho de armas que este líder ennobleció con sangre.

Se hizo algo, pero muy poco para lo que se esperaba. “El Bacho” salvó la vergüenza de todos, cuando con su empeño quijotesco puso la efemérides en los medios de comunicación y movilizó una apreciable cantidad de personas hacia Las Manaclas.

Sin amargura ni resentimiento, pero hay que ser justos. En la lucha constitucionalista, Noviembre fue el más importante antecedente de Abril; el acontecimiento singular en el cual los fusiles de la insurrección se pusieron al servicio de la ley, la ley de leyes, como dicen los que saben.

Las guerrillas de Manolo, la sangre de los caídos con él a la cabeza, marcaron el horizonte de lo que debía hacerse y abril no fue sino la culminación gloriosa de aquel antecedente. Que nunca se olvide esto cuando de conmemorar las luchas constitucionalistas se trate.



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