La Importancia de no olvidar

La Importancia de no olvidar

La Importancia de no olvidar

Mayra de Peña

Leyendo el Salmo 103, en la Biblia, me regocijo, pues dice: ¨Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; rescata del hoyo tu vida y te corona de favores y misericordias; Jehová sacia de bien tu boca, de modo que te rejuvenezcas como el águila. Gracias Dios por esto y muchas cosas más¨.

Nos ha tocado vivir un tiempo difícil e interesante a la vez. En lo que a mí respecta he tenido presencia en parte de los últimos años del siglo XX y va corriendo la segunda década del XXI, y esto me da un sitial preponderante a la hora de observar los acontecimientos frente a lo que Dios nos ha declarado, no solo a mí sino a todo aquel que lee su Palabra, por tanto, en vez de temer ante tantas barbaries, más bien debemos agradecer su presencia en nosotros, entender los tiempos y trabajar en su obra.

A medida que pasan los días e intimido con Dios, más tengo que agradecerle. He aprendido a encontrar en los pequeños detalles la grandeza de la creación y su hermoso propósito para con nosotros. Estos primeros versículos del Salmo 103 encierran una verdad impresionante y lo sorprendente es que fue estructurado en orden de prioridad y es que Dios, quien inspiró a David y a los que escribieron su Palabra es perfecto y sobre todo un Dios de orden; el que no lo tiene, no tiene idea de lo grande, alto y sublime que se pierde.

Cuando venimos a Dios arrepentido, el perdona nuestros pecados e iniquidades. Luego saca de raíz todas nuestras dolencias, sea del alma o física. Nos saca del abismo de tinieblas, tristeza, depresión, obscurantismo, fanatismo, incredulidad, soberbia, falta de amor, del mundo de mentiras para llevarnos a la cima, a la tierra firma de la verdad y el amor verdadero,

Cuando se refiere a que nos corona de favores y misericordia esto está patentizado en toda nuestra trayectoria de vida, desde el momento en que le decimos Si al Señor. Entonces empezamos a depender de Dios. Ya nuestra agenda de vida no la desarrollamos solos, tenemos un arquitecto que enfila siempre a la perfección y nos inspira mediante sus Santo Espíritu que mora en nosotros. Somos aconsejados, redargüidos de pecado. El abre nuestros ojos espirituales para que construyamos nuestro accionar sobre bases firmes, viendo minuto tras minuto sus misericordias. Esto no quiere decir que no tendremos aflicción, pero les aseguro que en medio de las mismas, Jesús está presente y activo.

Al referirse a que sacia de bien nuestra boca, de manera que rejuvenezcamos como el águila, esto no solo se circunscribe a la parte física que es importantísima, ya que de una buena alimentación depende nuestra calidad de vida y en eso va el intelecto de cada uno, sino que abarca lo que de ella sale…, nuestras palabras.

Dios transforma nuestro corazón, cambia la manera de hablar y expresarnos, sentimos que es nuestro deber glorificarle con lo que decimos, tal como nos lo expresa en efesios 4:29: ¨Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes¨, nada más gratificante y que produzca un efecto pacificador que corresponder con una palabra de amor cuando somos atacados.

En estos momentos en que vemos como somos asediados en oriente y occidente, y la inseguridad nos agobia por todos lados, pidamos a Dios que haga llover sobre este planeta tierra de su Unción fresca cargada del verdadero amor, ese vínculo perfecto que no conoce de odios ni venganzas, ni nos hace creer superior a otros. ni dueños de la verdad, porque El en si es verdad, quien envió a su Hijo Unigénito, Jesucristo a dar su vida por rescate de muchos.

Por tanto, les insto a NO OLVIDAR NINGUNO DE SUS BENEFICIOS Y CORRESPONDER A SU GRAN AMOR.



Mayra De Peña

Lic. en Contabilidad, egresada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), graduada de Periodista, en el Instituto Dominicano de Periodismo (IDP). Locutora, con un Diplomado en Comercio Exterior, y Diplomado en Política Estratégica. He desempeñado diversas funciones dentro del sector Privado y Gubernamental. Hija de Dios y amante de la naturaleza. Creo en vivir a plenitud de manera equilibrada y en lo significativo de quererse y valorarse como individuo. Soy una feliz madre de tres hermosas hijas, creo en el matrimonio, en la institución familiar y en la importancia de predicar con el ejemplo. Amo escribir y con ello transmitir mi sentir y sobre todo tengo en alto estima alimentar el espíritu, pues de él mana la vida.

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