La guillotina que se devuelve

La guillotina que se devuelve

La guillotina que se devuelve

La Revolución francesa fue, sin lugar a dudas, el fenómeno socio-político más importante del siglo XVIII. Produjo cambios tan importantes en la sociedad francesa como la instauración de una Asamblea Nacional, y una monarquía constitucional que debió aceptar una constitución en la que se reconocía la igualdad entre las personas, reconocer que el poder recaía sobre el pueblo y no en el monarca.

Ese proceso condujo a la abolición de la monarquía, incluyendo la constitucional recién instaurada, para darle paso a la República.

En medio de esos avatares, muchas personas vinculadas a la nobleza fueron decapitadas y sus cabezas exhibidas en “picas”, lo que dio pie a que un médico de apellido Guillotin creara y propusiera un sofisticado método para decapitar a personas de manera rápida.

Un extremista de la República llamado Marrat utilizaba un popular periódico que promovía la revolución para propugnar por la utilización de ese aparato que él mismo empezó a llamar “guillotina”.

La radicalización de los revolucionarios los llevó a sustituir la Asamblea Nacional por la Convención y a instaurar la República. En la Convención convergían dos grupos de republicanos, los jacobinos y los girondinos.

La guillotina fue usada para decapitar a nobles, pero tras las diferencias entre los mismos revolucionarios empezaron a usarla entre ellos mismos.

Los jacobinos, liderados por Robespierre, decapitaron alrededor de 40 mil franceses, la mayoría de ellos también Revolucionarios. El mismo Robespierre fue luego guillotinado.

Solo hay que entender un poco este episodio de la historia universal para saber que quienes promueven métodos draconianos, como la prisión por delito de palabra, corren el riesgo de terminar guillotinados .



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