La guerra de las encuestas

La guerra de las encuestas

La guerra de  las encuestas

Se vislumbra una sucia “guerra de las encuestas” en República Dominicana. No existe ningún país democrático en que no haya encuestas o en que estén prohibidas.

Sin duda, las encuestas son un instrumento indispensable en los procesos democráticos. Pero su abuso puede contaminar aún más el ya tenso ambiente político dominicano.

A más de un año de la celebración del proceso electoral, conocidas casas encuestadoras como Gallup o el Centro Económico del Cibao (CEC) han comenzado a publicar los resultados de sus mediciones.

Es común, que los políticos que se ven favorecidos con algunos resultados se apresuren a destacarlos mientras que los que obtienen resultados adversos se apresuran a desmentirlos.

Sin embargo, de acuerdo a los resultados obtenidos en los más recientes procesos electorales, se hace necesario promover un debate sobre la industria demoscópica, a partir de la transparencia y la rendición de cuentas.

Lo anterior ayudaría a que se sepa cuántas de ellas trabajan para algún candidato o algún partido político.

En algunos países latinoamericanos, como Argentina y México, las firmas encuestadoras deben registrarse ante el órgano regulador de las elecciones, para lo cual deben de cumplir una serie de requisitos.

Como por ejemplo, las encuestadoras están obligadas, en todas sus publicaciones, a identificar a sus contratantes. Mientras que en República Dominicana no se ha realizado una regulación al respecto.

Es un tema que no se puede dejar a un lado, debido a la creciente importancia que están teniendo las encuestas electorales en el mundo de la política.

Lo anterior, obliga a que alguien realice el récord de los encuestadores y desarrolle indicadores independientes para calificar su trabajo.

El desarrollo de un sistema de calificación de encuestadores ayudaría a que al ver una encuesta, los electores sabrían si creer o no al encuestador en cuestión.

En el proceso electoral de 2012 las firmas que publicaron encuestas fueron: Greenberg, Hamilton, Insight, Penn, Shoen and Berland (PSB), Asisa, Benenson, CEC, CID-Latinoamérica y Gallup. Pero solamente PSB, Greenberg y Gallup fueron las que más se acercaron al resultado electoral, y de las que además se conoció a su contratante.

El uso de las encuestas es ineludible. Se han convertido en actores de los procesos electorales. Eso es lo común en todas las democracias.

Se deben de publicar encuestas preelectorales. Pero se debe de contratar a las empresas que obtengan los mejores resultados.

No hay que olvidar además que las encuestas se han vuelto un “espectáculo mediático”, cuando las encuestas deberían ser solamente información racional y no necesariamente siempre una noticia. Y actualmente se les está tratando como si siempre tuvieran que serlo.



Cecilia Rivera

Máster en Gestión de la Comunicación Política y Electoral de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Fue Encargada de Prensa de la Embajada del Perú en México. Trabajó para las agencias de noticias EFE y ANDINA. Ha trabajado para medios dominicanos y en los mexicanos Excélsior y 24 Horas. Ha escrito en revistas como la dominicana Rumbo, Cambio de México y Forbes Centroamérica. Actualmente, trabaja en la revista mexicana Proceso y es docente en universidades mexicanas.

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