Retrasé un poco estas líneas esperando cuál iba a ser la reacción del presidente Mejía luego del vergonzoso espectáculo montado por la Junta Central Electoral el 20 de mayo pasado.

Llegado ese momento, definitivamente se demostró que más allá de los que permanentemente lo detractan, Hipólito Mejía es un estadista y que, cuando las circunstancias lo ameritan, ratifica esa condición.

Pero lo que más me ha gustado de haber “aguantado” esta columna es la aparición de “la funda”, es la otra forma de reaccionar, ¡y cuanto me la he gozado!, para muchos es una simple acción, para mí es un reflejo de la realidad:

·         La funda es la expresión de la forma en que la J.C.E. manejó el proceso electoral.

·         La funda es un grito de impotencia frente a los abusos de militares y policías en el pasado proceso.

·         La funda es la respuesta a quienes pregonan institucionalidad y abandonaron sus funciones para irse a hacer campaña política con nuestros dineros y de paso, repartirlos.

·         La funda es la vergüenza de que Félix Bautista estuviera al lado de “Candy” de Medina en la foto de la celebración.

·         La funda es la fuerza nacional progresista y sus spots que estiercolizaron la campaña.

·         La funda es la compra de cédulas.

·         La funda es la compra de conciencias.

·         La funda es el costo que pagaremos en aumentos de precios, tasas de interés, impuestos y gravámenes por el exceso cometido, al proponerse el PLD conservar el poder a toda costa.

·         La funda son las carteras “Cartier” obsequiadas en la celebración de los “comesolos”.

·         La funda es la impunidad garantizada.

·         La funda es lo que nos espera, por descuidarnos en aplicar la célebre frase del escritor español Rodrigo de Maeztu: “La patria es espíritu. Ello dice que el ser de la patria se FUNDA en un valor o en una acumulación de valores, con los que se enlaza a los hijos de un territorio en el suelo que habitan”.

Pero, ¿fundar con qué? ¿cuales valores?, los que quedaban al 20 de mayo pasado fueron asesinados por la desidia de la J.C.E.

Así que rememorando aquella inolvidable escena de la galardonada película The Help (Historias Cruzadas), en la que la abusada doméstica negra, interpretada por Octavia Spencer (quien ganó un Oscar, por su interpretación) le entrega, para degustar, un pastel de estiércol a su racista patrona; concluyo:

Quien quiera que seas, te atrapen o no, te mereces más que un Oscar, gracias por haber tomado la funda, llenarla de su elocuente contenido y con ello decir, aquí les envío algo…… de lo míooo, de lo míooo, de lo míooo…