La fama también se esfuma

La fama también se esfuma

La fama también se esfuma

Hugo Lopez Morrobel

Desde tiempo inmemorial siempre hemos escuchado el dicho: “crea fama y échate a dormir”.

Han sido muy pocos los que, tras alcanzar la gloria, se han esforzado en mantenerla.

Todo indica que la mayoría se envanece y le coge la noche engordando los egos a sus anchas.

Pero a todos los que se colocan en esa posición también se les puede aplicar en todas sus partes el refrán: “camarón que se duerme se lo lleva la corriente”.
En deportes como en cualquier otros renglones, muchos atletas que alcanzaron la cima se descuidan al punto de que pasan de héroes a ignorados por las propias barras que los llevaron al pináculo de sus carreras.

Eso tiene su explicación en que se duermen en sus laureles y en muchas ocasiones ignoran el poder de observación que tienen las sociedades en sus actuaciones fuera del terreno de juego.

Usted, que está leyendo estos párrafos, estoy seguro que ya le están pasando por su mente los nombres de atletas que en años recientes fueron símbolos y orgullo nacional.

Definitivamente, la gloria no es eterna, según los católicos, eso solo se le aplica a Dios.



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