La edad es una de las mayores limitantes en la mayoría de las actividades, en especial las deportivas, donde hay que poseer buenas condiciones físicas y mentales para lograr resultados mínimamente decentes a nivel competitivo.

Sin embargo, muchos atletas tratan de ignorar olímpicamente esa realidad, para aumentar su ego.
Son innúmeros los casos en que tratando de burlar los años quienes lo hacen sufren accidentes muy lamentables.
En muchos deportes los peligros no son elevados, pero en otros, como los de combate, se corren riesgos que muchas veces conducen a acontecimientos trágicos.

En boxeo, por ejemplo, muchos que se han aventurado, han vivido experiencias poco agradables.
No se justifica que los organismos que rigen el boxeo se arriesguen dando el aval para combatir a púgiles que ya no están en condiciones óptimas.

El caso de Bernard Hopkins es el más elocuente.

Este púgil, quien figura como campeón mundial, a punto de cumplir 50 años de edad, estará en acción ante un rival con 20 años menos.

Por mucho que se diga que todavía está en condiciones, definitivamente, la edad no perdona.