La diáspora dominicana en Estados Unidos y Europa, es responsable en gran medida, desde hace décadas, de la entrada de las llamadas divisas fuertes al país.

Todos, de una u otra forma, saben la importancia que representa para economías pequeñas como la nuestra, el aporte de centenares de millones de dólares y euros, lo que es factor básico para aminorar el déficit en la denominada balanza de pago.

Es por ello que la inversión que se está realizando en los llamados Juegos Patrios, que en la actualidad se efectúan en Nueva York, es apenas un pequeño aporte a la contribución de esos miles de dominicanos a su patria chica.

Es una medida que debe celebrarse, aunque como siempre puede existir un pelo en el sancocho, y es la falta de seguimiento a los atletas, que tengan potencial para ser selección nacional, en los deportes que compiten.

Los Juegos Patrios deben estar entre una de las más grandes inversiones que ha hecho el país en deportes este año, por lo que tienen que ser tomados con la máxima seriedad.

Los dominicanos en el exterior constituyen un puntal del desarrollo nacional, y merecen esos juegos y mucho más, pero hay que evitar que se conviertan en chercha y barullo, tal y como sucedió en el pasado, lo que provocó que se suspendieran por buen tiempo.