Son frecuentes las denuncias de asaltos en la Ciudad Colonial, sobre todo contra turistas extranjeros, pero por los reportes que recibo de la Policía me parece que se está trabajando para evitar que quienes caminan por las calles del sector sean víctimas de los rateros.
Ahora, lo importante sería que la labor preventiva fuera permanente en esa y en toda la Capital, tarea que debe emprender el general Valentín Rosado Vicioso, a los fines de disuadir a quienes llegan al extremo de matar a una persona para robarle un teléfono celular.
Sin embargo, la vigilancia en la llamada Ciudad Intramuros no es solo competencia de los agentes bajo control de Rosado Vicioso, sino que la Policía Turística tiene allí la mayor cuota de responsabilidad, por ese sector un punto de atracción para los extranjeros que nos visitan.
Lo prudente sería que Rosado Vicioso y el mayor general Pedro Antonio Cáceres Chestaro, director de Policía Turística, intercambiaran impresiones para hacerle frente a la situación, a los fines de que haya allí una mayor presencia de sus hombres.
Además de la vigilancia, sería aconsejable que las instituciones que tienen que ver con la Ciudad Colonial hagan algo, porque los niveles de arrabalización que existen allí son deplorables.
La calle El Conde, por ejemplo, es una especie de revolcadero de burros, para no hablar de La Atarazana, pero su estado no parece motivar a las autoridades.
Esta última vía, además, es convertida, pasadas las 11:00 de la noche, a partir de los viernes, en una especie de Sodoma y Gomorra, sin que nadie reaccione ante una afrenta de tal naturaleza.
