A principios del siglo XIX se estableció en Santiago de los Caballeros un importante grupo de comerciantes catalanes.
Este contingente de empresarios vendría posteriormente a desempeñar un trascendental papel en las dos gestas de mayor importancia en nuestra historia: la Independencia nacional, primeramente, y luego la Restauración de la República Dominicana.
Resulta que, don Francisco Viñals, de origen catalán, a temprana edad se enroló en los movimientos patrióticos de la independencia nacional, llegando a obtener el grado de coronel de Caballería. Más tarde, su hijo de igual nombre, apodado don Pancholo, estableció un importante negocio en” la Hidalga”, muy especialmente importaciones de todo tipo de mercancías, entre ellas: escopetas de caza, pólvora y aperos de labranza.
La casa de don Pancholo era centro principal de las reuniones conspirativas contra los españoles desde el mismo momento de la anexión a España por parte de Pedro Santana.
En esta residencia se reunían regularmente los señores Santiago Rodríguez, Pedro Francisco Bonó, Ulises Francisco Espaillat, Alfredo Detjen, José Antonio Salcedo (Pepillo), Benigno Filomeno de Rojas, Julián Morel, don José Espaillat de Guazumal, Miguel Román, Sebastián de Poncerrate y otros patriotas.
El nombramiento del general Buceta como gobernador de la ciudad de Santiago trajo como consecuencia el aceleramiento de la repulsa colectiva hacia la anexión, por las actitudes repulsivas y dictatoriales de este personaje, quien llegó a recibir el desprecio del pueblo cuando decía: “Tú eres más malo que Buceta”. Este señor despertaba a Santiago con trompetas y tambores a tempranas horas de la mañana.
Un acontecimiento aparentemente intrascendente aceleró los aprestos conspirativos de los patriotas que se reunían en casa de don Pancholo.
Resulta que preparándose Buceta para una parada militar envió un soldado a comprar unos guantes a la tienda de don Pancholo, regresando más tarde con la encomienda de que se los cambiaran, debido a que les quedaban pequeños al General. Don Pancholo lo increspó: “Dígale a Buceta que aquí yo no acepto devoluciones, que compre otros”.
Esto trajo como consecuencia un reto a muerte entre dichos personajes (ver pág. 57 del libro “Historia de la Restauración”, de Pedro María Archanbault).
Después de terminada la parada militar, se reunió en casa de don Pancholo un gran número de patriotas entre los ya mencionados en señal de apoyo y se agilizaron los preparativos finales que darían lugar al grito de Capotillo.
Es bueno señalar que el grupo de catalanes encabezados por don Pancholo reunió grandes cantidades de escopetas, municiones y pólvora de su tienda, originando la obtención de los primeros pertrechos militares que darían lugar a nuestra gloriosa Restauración.
Los catalanes establecidos en Santiago fueron determinantes en encender la chispa de la libertad. ¿Cuántos dominicanos conocen estos hechos?
