La bola pica y...

La bola pica y…

La bola pica y…

Hugo Lopez Morrobel

La corrupción en la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) deja un amargo sabor entre todos los aficionados del mundo.

Pocos imaginaban que allí se anidara una estructura corrupta hasta los tuétanos, desde el más pequeño al de mayor jerarquía.

Joseph Blatter, su máxima autoridad, basó sus décadas de mandato en permitir dolos de todo tipo, y su renuncia horas después de haber sido reelecto deja en el tapete demasiados interrogantes sobre su participación en todas las vagabunderías que se cometieron.

Cuando la secretaria de Justicia de Estados Unidos, Loretta Lynch, denunció junto al director del FBI que Blatter y la FIFA estaban corrompidas, se trató de tergiversar la investigación bajo el argumento de que era en represalia porque Estados Unidos había perdido la sede que quedó en manos de Rusia.

Todos los que incrédulos sobre los actos de corrupción en esa entidad están hoy mudos ante las pruebas irrefutables.
Ojalá que parte de los 10 millones de dólares que repartió en forma irregular la FIFA en el área del Caribe, no afecte toda la estructura del fútbol dominicano, en donde se invirtieron decenas de miles de dólares en la construcción de campos y en la materialización de la Liga Profesional que desarrolla en la actualidad su primer torneo, ambos proyectos con el apoyo del suizo.

Los pronunciamientos alabarderos del presidente de la Federación de República Dominicana, Osiris Guzmán de que Blatter era “ un prohombre del fútbol”, es una muestra de que era un hombre de confianza en esta zona.

En un país donde la corrupción campea por sus fueros, que nadie se sorprenda que en cualquier momento explote una mina subterránea de alto poder por ese triste y célebre caso.

Mantengo la esperanza de que los federados del país saldrán airosos de las exhautivas ingestigaciones que se están realizando y que tocarán las fibras más íntimas de la FIFA en términos económicos.

RADARES. El sábado el boricua Miguel Cotto demostrará sus reales condiciones cuando se mida al austríaco Daniel Geale en Nueva York.



Etiquetas