Un anuncio de televisión dice bien claro que en la escuela se enseña la escolaridad, pero la educación en la casa. No tenemos que escandalizarnos, porque todos somos conscientes del deterioro de la sociedad, por el estado de las familias, sin embargo no vamos a llover sobre mojado. 

Me refiero a este tema porque tuve la oportunidad de realizar un trabajo en la lejana provincia de Pedernales, donde pude observar una amplia zona que forma parte del Parque Nacional Jaragua por donde pasa la carretera, no hay viviendas y se pueden ver iguanas de dos especies… tristemente, se puede observar también mucha basura de toda clase, basuras y desperdicios… qué horror!!

Basuras se pueden observar en el camino hacia El Hoyo de Pelempito, en las playas de Bahía de las Águilas y en las playas, todos esos lugares son áreas protegidas que poseen una riqueza y una biodiversidad que debemos resguardar.

Esos basureros improvisados a varios cientos de kilómetros de Santo Domingo son creados por nosotros mismos y los podemos descubrir en cualquier espacio cerca de nosotros, porque hemos perdido la costumbre tan sana e importante de echar la basura en el zafacón. Una basura puede ser pequeña, muchas basuras pequeñas hacen un basurero. Es preciso repetirlo en los hogares, en la escuela, en todas partes… la basura al zafacón.

Recuerdo un anuncio, me parece que del finado Rafael Corporán de los Santos, en su sindicatura… desde un vehículo lanzaban una basura, se escuchaba una voz que decía, “tiene que ser un cerdo”, y cuando la cámara enfocaba el asiento del vehículo, realmente, era un cerdo. No seamos cerdos, vamos a educarnos y vamos a educar a los demás.

La basura tiene un solo lugar para depositarse, ese lugar es el zafacón. Desde hoy yo creo una campaña, y espero que las personas que estén de acuerdo conmigo hagan lo mismo: la basura al zafacón.