Kennedy y los afroamericanos

Kennedy y los afroamericanos

Kennedy y los afroamericanos

Alex Ferreras

El espíritu libre y decidido del presidente John F. Kennedy sirvió de inspiración al mundo entero.

Es conocido por su vocación pacifista y conciliadora, si bien puesta en tela de juicio por muchos en los enmarañados tiempos de la guerra fría; como también es conocida su posición frente a la invasión de Bahía de Cochinos en 1961, las diferencias que tuvo en torno a la operación militar con su secretario de defensa McNamara y su manejo de la crisis de los misiles en Cuba un año después; lo mismo, su postura un tanto agresiva ante la guerra de Vietnam.

Al final dio visto bueno a regañadientes a la también llamada invasión de Playa Girón para demostrar que él no era ningún cobarde; no tanto porque le haya convencido la decisión cuanto que otras eran sus intenciones, la de evitar una conflagración mundial de grandes proporciones.

El presidente Kennedy creó un estilo propio de gobernar. Apoyó el gobierno de Bosch, lo que no podría decirse de su sucesor, el presidente Lyndon B. Johnson, que terminó viendo con buenos ojos el régimen del Triunvirato.

Pero donde demostró hasta cierto punto respeto a la diversidad es en el tratamiento que les dio a los afroamericanos, el grupo étnico dentro de la sociedad mayoritaria estadounidense que, cincuenta y cuatro años después del advenimiento de JFK al poder, aún sufre los rigores de los prejuicios, los estereotipos y el discrimen racial.

Kennedy rompió con la desegregación en las escuelas públicas, por lo menos en Alabama. Con su reforma en pro de los afroamericanos, les allanó el camino para que empezaran a estudiar tan siquiera en escuelas secundarias en 1963.

George Wallace, el gobernador de ese estado, había afirmado que solo por encima de su cadáver lo haría. El presidente le ripostó entonces que le cortaría los fondos federales. Solo bajo esa amenaza cedió.

También JFK fue el primer presidente de la Unión que asignó el primer afroamericano a su personal de seguridad. El jefe de esta unidad se escandalizó.

Kennedy le había manifestado que había tomado la decisión por haberlo ayudado en su campaña electoral.

Por una ideología que se remonta a los tiempos del Renacimiento y que continuó en el período de la Ilustración, a la gente de piel negra, roja y amarilla no se le reconoce estatus de humanidad, bajo el supuesto de no haber tenido ni alma ni historia escrita, una aberración tal que todavía persiste en la psique enferma de muchos, no solo en los Estados Unidos, sino alrededor del mundo, con todo y que un presidente de color es el que ahora rige sus destinos como nación.



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