Los errores, cuando se cometen en la cadena de la Justicia, terminan poniendo en libertad a muchas personas involucradas en procesos muy sensibles.

De un tiempo a esta parte vemos que importantes instancias de la Justicia hacen públicos errores que se cometen a diario. Eso incluye a dependencias a lo interno de la Procuraduría General de la República y salas del Poder Judicial.

Hace poco la presidencia de la Suprema Corte de Justicia pidió mayor cuidado en su trabajo a la Procuraduría General de la República, a la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y a la Policía Nacional, con el propósito de evitar los errores en los procesos.

No se trata de un secreto. Esto que se plantea hoy de manera pública es una queja constante y diaria entre los protagonistas de salas y juicios conflictivos y delicados.

Se trata de quejas y denuncias que podrían servir para encausar el trabajo legal y dotarlo de una calidad más idónea. De lo contrario se seguirá empobreciendo la administración de justicia y las consecuencias, a corto plazo, podrían resultar muy dolorosas.