Jugada Maestra

Jugada Maestra

Jugada Maestra

El contenido de estas breves líneas vuelve a centrarse en la forma de actuar del poder ejecutivo, el cual en las últimas semanas ha estado consistentemente en consonancia con los deseos de sus electores.

La alocución del presidente Danilo Medina ante la asamblea nacional será recordada por mucho tiempo, pues tras largos años de peroratas vacías en ese escenario, en esta ocasión, muchos sentimos que la República Dominicana tenía un presidente y no un farsante de turno.

 Más allá de la emoción que nos embargó la firmeza con que el jefe de estado se dirigió a la nación y su planteamiento ante el impasse con la empresa Barrick Gold, estamos conscientes de que el momento político aconsejaba asumir esa posición, de tal forma que se ganaba en tres aspectos:

1) Se gana más simpatía en la población.

2) Se abre la posibilidad de recibir más recursos económicos.

3) Se traza una raya entre la forma de actuar de la anterior administración y la actual.

Sobre este último aspecto es importante resaltar el aproche que aparentemente está utilizando el equipo gubernamental para seguir “juntos pero no reburujaos” y me explico:

Existe un gran deseo en amplios sectores de la población de que se procese al expresidente Fernández por los documentados casos de corrupción durante su administración, así como por la forma irresponsable y dilapidadora como derrochó los recursos públicos, muy especialmente, en el último año de su gestión.

Pero hay que ser realista y entender que así como Leonel Fernández se erigió en una verdadera desvergüenza, en esa misma dimensión, gracias a su indiscutible inteligencia se blindó, jurídica y políticamente.

Amigos, nadie en su sano juicio cree que alguna vez, por lo menos en los próximos años, el expresidente Fernández será sentado frente a un tribunal para que responda por sus hechos, es más, aún Danilo Medina quisiera hacerlo, no puede, pues además de los precitados amarres que se agenció Fernández Reyna, Danilo Medina estaría procesando a su compañero, presidente del partido, y quien le apoyó para ganar las elecciones.

Lo que sí se puede hacer, y creo que es el camino que se ha elegido, es proceder de forma tal que los ciudadanos vayan tomando conciencia de que la actual administración está dirigida por un conjunto de valores éticos y morales que si bien no son impecables, son diametralmente diferentes que los que nos tenía acostumbrado el fundador de FUNGLODE.

Con un conjunto de programas, acciones y decisiones que la población valora, y un aire diferente que insufla la esperanza de que se está gobernado por alguien a quien sus gobernados le importan, se puede lograr desmontar cualquier remanente de popularidad que conserve el infame Fernández.

Le pedí en mi columna anterior, al presidente Medina, que caminara del lado de la luz y en su discurso lo escuche decir: “Cada presidente tiene su librito para gobernar”.

Ojalá que lo que creo esté en ese librito, millones de dominicanos se lo agradecerán. Además sería una jugada maestra.



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