Ira y negación no son buenas consejeras en los momentos difíciles

Ira y negación no son buenas consejeras en los momentos difíciles

Ira y negación no son buenas consejeras en los momentos difíciles

Lo recomendable es estar presente para la persona, ofrecerle apoyo, no imponerle cosas, preguntarle siempre qué necesita.

SANTO DOMINGO.-El duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida, ya sea de un ser querido, pérdida de un órgano o una relación.

Este tiene una dimensión física, cognitiva, filosófica y de la conducta que es vital en el comportamiento humano.

De acuerdo a la psicóloga Clínica Zuleyma Rosario, especialista en duelo y pérdidas, es importante que los individuos aprendan a no rebelarse contra las realidades, pues esto conlleva al sufrimiento, explicando que lo ideal es asumirlas y buscarles un propósito a través del tiempo.

Destaca que ante la pérdida de un familiar u órgano del cuerpo lo más recomendable es que la persona viva su dolor, sabiendo que no debe quedarse en el sufrimiento, sino integrar esa experiencia dolorosa en su vida y aunque cada caso es individual ayuda mucho la meditación, la buena lectura, el ejercicio y algún ritual que le ayude a despedir, como el escribir cartas.

Vivir el duelo

En este sentido indica: “Para una persona salir adelante, primero debe vivir el proceso, lo que llamamos el duelo, que conlleva una serie de manifestaciones a nivel psicológico y siempre va a ocurrir a raíz de una pérdida, no importa qué o a quién se halla perdido, es indispensable vivirlo.

En el caso de un familiar cercano, el tipo de relación que se tenía con el fallecido, cómo estaba el vínculo al morir y las causas de la muerte influyen directamente en la integración de la pérdida, la cual es aceptar y aprender a vivir con el hecho, y es vital para salir adelante”.

La psicóloga, refiere que es normal que se experimente dolor en estos casos, pero siempre es bueno recibir ayuda, sobre todo si ha pasado ya un tiempo prudente y la persona no ha retomado su vida, o si por el contrario ha reprimido todo el dolor y nunca ha hablado del tema.

Si es de un miembro

Agrega: “La persona que ha perdido un miembro está ante el reto de aceptar y readaptarse a su nueva realidad, mientras más estable sea una persona y más apoyo de su entorno tenga, más fácil le será enfrentar la vida en lo adelante”.

En el caso de los niños, si han pasado por una pérdida de un ser querido o una amputación, recomienda que se le explique todo de forma clara y sencilla, es bueno no mentirles y en lo posible contestar todas sus preguntas. Algunas vías terapéuticas, son el dibujo libre, el juego simbólico, juego al aire libre, la música y las expresiones de afecto.

No debemos rebelarnos
Dentro del duelo es posible experimentar momentos de ira que los pueden llevar al reproche y a preguntarse el porqué y a buscar culpables.

Siempre la tendencia será a descargar la ira en aquellos en que tenían puesta la confianza, es normal sentirse desconcertados y defraudados y cuestionar a Dios o a la vida.



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