Las bebidas alcohólicas contienen un tipo de alcohol llamado etanol, liquido incoloro que es el depresor más utilizado en el mundo, su consumo es adictivo y a ciertas dosis produce embriaguez.

El alcohol perjudica las habilidades cognitivas, por lo que puede incitar a comportamientos inusuales e irresponsables.

Existen algunas personas que para tener intimidad sexual ingieren alcohol para sentirse sensuales, otras para disfrutar de mayor libertad, otras para socializar. Siempre que sea una o dos copas de vino o cerveza, uno o dos tragos fuertes, perfecto.

Esta cantidad puede producir una grata relajación y permitir que el encuentro sexual sea menos inhibido. La costumbre de consumir mucho alcohol para intimar sexualmente es peligrosa, ya que psicológicamente desinhiben pequeñas cantidades, pero también es un inhibidor de parte del sistema nervioso autónomo (muy importante en la respuesta sexual).

En mayor cantidad puede provocar trastornos eréctiles en los hombres, disminuir la intensidad del orgasmo masculino y dificultar a la mujer conseguir su orgasmo, pues uno de los efectos del alcohol es que deshidrata, y para conseguir la excitación necesitamos una cantidad de sangre que transporte oxígeno a los genitales para la erección del hombre y la lubricación vaginal de la mujer, y la deshidratación no permite ese flujo de sangre necesario.

A largo plazo y en exceso, el alcohol inhibe la producción de hormonas masculinas y reduce el esperma en cantidad y calidad. En la mujer puede disminuir la libido.

Una copa: desinhibe. Mucho alcohol: afecta el desempeño.