La actividad sexual en cualquier edad depende de múltiples factores, entre ellos el estado físico, las vivencias, las características psicológicas, información, formación moral, entre otras.

En el adulto mayor (AM) no es diferente, más, se agregan otros ingredientes, como son la presión social y familiar, el temor a no desempeñarse como anteriormente, la vergüenza de tener pensamientos y fantasías sexuales y querer realizarlos, los mitos y tabúes en torno a la sexualidad, la discriminación, las enfermedades y medicamentos que utiliza. Todo esto no debe ser limitante para el desarrollo de una sexualidad sana y placentera.

Claro que existen cambios biológicos en el AM que producen variación en la respuesta sexual, también cambios psicológicos y sociales, pero no deben convertirse en impedimentos para disfrutar de una gratificante intimidad sexoafectiva.

Ejemplo, los hombres necesitan mayor tiempo de estimulación directa para conseguir la erección, aumenta el período refractario (tiempo de recuperación entre una eyaculación y la próxima erección), disminuye la cantidad de semen. Mas nada de esto debe entorpecer su disfrute amoroso.

Las mujeres presentan resequedad vaginal provocada por la disminución de los estrógenos, que podría molestar dificultando la entrada del pene y esto no debe significar una suspensión de la intimidad. Visitando los especialistas se corrigen las situaciones tanto del hombre como de la mujer.

Se deben utilizar todas las alternativas el disfrute de una intimidad sexual maravillosa en esta etapa, entendiendo que el coito no debe ser la única finalidad, sino parte del placer del encuentro sexual.