Las instituciones formales, públicas y privadas, del país están bajo un asedio proveniente de varios frentes.
Veamos las razones políticas de ese asedio.

Hay quienes quieren evitar que el presidente Danilo Medina intente seguir en la Presidencia de la República más allá del año 2020. En este grupo se inscribe una facción importante del partido oficialista.

Están los que quieren ascender con sus proyectos partidarios a la cúspide del Ejecutivo.

También están los que apuestan al caos, como forma de obtener lo que el voto popular les ha negado reiteradamente.

Se suman a ese asedio los que entienden que la implementación de sus agendas solo es posible con el debilitamiento de instituciones no gubernamentales con tradicional ascendencia en la población.

Sacamos de ese listado a los que realmente buscan la construcción de un mejor país, porque esos suelen actuar de cara al sol.

¿Pero qué ha servido de combustible para esa situación?
1.- Ejemplos exitosos en otros países de la región, donde se han desestabilizado gobiernos legítimos para dar paso a que otros sectores gobiernen.
2.- La costumbre de acotejar el marco jurídico a conveniencias grupales coyunturales en vez de priorizar el interés nacional.
3.- Un débil régimen de consecuencias.
4.- Un sistema de partidos secuestrado por las cúpulas.
5.- Mala distribución de las riquezas.
Bajo esas condiciones de asedio institucional se hace difícil avanzar de manera estable.

Los llamados a desarticular esas motivaciones andan demasiado ocupados, creando más justificaciones para que ese asedio se mantenga y que hasta crezca.