Tenemos, con estos primeros días de enero, una agenda heredada con temas muy puntuales y que definirán el rumbo que tendrá el desarrollo del país durante todo el año.

En el trayecto las autoridades gubernamentales participarán en importantes convocatorias. Dos de ellas son los pactos pendientes de la electricidad y del Código laboral.

En ese mismo plano están las conversaciones en torno al aumento de salario. Independientemente de esa ruta a seguir, el país tendrá que mantener las conversaciones con Haití en su más alto nivel.

En el orden político la agenda no luce que será menos intensa. Debates y soluciones sobre acuerdos pendientes se deberán conocer en la Junta Central Electoral.

Quizá haya tiempo para que avancen las posiciones en torno a la ley de partidos, ya que se trata de una tarea que podrá afianzar más nuestro sistema democrático, sobre todo porque así podremos exigir reglas claras a todos los protagonistas involucrados.

Tenemos un pueblo que, igual que enero, inicia su jornada con grandes esperanzas y manifiestas expectativas.

De manera que juntos, autoridades, y pueblo tenemos, como sociedad, el deber de impulsar y aportar para que el país avance por caminos promisorios, y que nos comprometa más con el progreso y el legado tangible e intangible que debemos dejar a las generaciones que se abren paso.