La iglesia católica del país conmemora una gran efeméride: el bicentenario del nacimiento de San Juan Bosco, lamentando que los principios que él enarboló: la educación, el amor, la fe y los principios morales, están en crisis en el país.

En nombre del “Padre y Maestro de la Juventud”, el coordinador de la Pastoral Juvenil lamentó el descuido y la desesperanza que arropa a muchos jóvenes y adolescentes.

Se trata de un sector de la sociedad con pocas oportunidades laborales. Muchos se hacen de una profesión antes de los 25 años y no logran insertarse en el aparato productivo del país. Una inmensa cantidad de jóvenes se lanzan a las calles todos los días, atrapados por las actividades temporales y sin futuro del mercado informal.

Indudablemente que la falta de una oportunidad laboral y la pérdida de empleos en muchos padres y madres dominicanas hace que se pierda la batalla con la unificación de la familia, un núcleo vital para que el país pueda enrumbarse por un proceso de desarrollo.

El sueño de la Iglesia es que podamos tener mejores ciudadanos. Ese también es el propósito de cientos de miles de padres y madres. Un sueño que cada día se aleja más sin políticas públicas que apunten a la creación de empleos dignos y de calidad en el país.