Identidad Nacional e Inmigración

Identidad Nacional e Inmigración

Identidad Nacional e Inmigración

En estos momentos en que producto de la catástrofe acontecida en el país vecino de Haití, muchos círculos sociales se cuestionan el impacto de la acentuada inmigración de nacionales de ese país hacia el territorio dominicano. Estando pendiente por realizarse el censo nacional, las estimaciones de población arrojan que entre los casi 10 millones de habitantes que tenemos, cerca de millón y medio, o sea el quince por ciento del total de habitantes del país, son extranjeros.

La extranjería y el trato a los inmigrantes figura entre las grandes temas de la Unión Europea y de los Estados Unidos de Norteamérica, países de quienes se comenta por lo bajo, y en ocasiones públicamente, auspician una integración formal entre Dominicana y Haití, como solución a los problemas de estos últimos.

Escuchando a ecologistas del país, y adentrándonos en publicaciones nacionales especializadas, se advierten las costumbres devastadoras del campesinado haitiano y los efectos dañinos de su presencia en las ultimas cuatro décadas sobre los bosques y la fauna nacional. Igualmente se escucha acerca del desplazamiento de la mano de obra nacional por ciudadanos vecinos, aunque usualmente viene acompañado del epíteto: “el dominicano es vago”, afirmación desmentida por nuestras costumbres, pero que constituye la respuesta mas fácil al creciente problema.

En la Unión Europea, países como Francia promulgan medidas de identidad del Frances, incluyendo un Ministerio de Inmigración e Identidad Nacional, mientras Alemania impone exigencias idiomáticas, Italia el “pacto de inmigración” y el Reino Unido pruebas de salud mental. Y ni hablar de Estados Unidos con su verja fronteriza, a lo Israelí.

¿Y nosotros, que pasos estamos tomando para preservar la identidad nacional frente a la cada día mas creciente ola de inmigrantes?



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