El dicho “hijo de gato caza ratón” no se aplica en lo más mínimo a la mayoría de hijos de atletas famosos que han sido firmados en sus respectivas disciplinas.

En nuestro país han sido decenas los hijos de atletas, en especial peloteros, contratados para el profesionalismo, pero apenas Moisés Alou, Stanley Javier y Al Horford han podido superar las actuaciones de sus padres.

El caso más patético de hijos que no son ni la sombra del padre, es el púgil Julio César Chávez Jr. , quien a pesar de todos los “trucos” que se aplicaron para elevar su récord, su actuación en el cuadrilátero, hasta con boxeadores mediocres, ha dejado mucho que desear.

Como deporte profesional el boxeo se ha convertido cada vez más en un show, donde Chávez Jr. ha sido “el niño lindo” de promotores que ven en él una forma fácil de ganar millones de dólares.

Aunque todavía se explota su figura al máximo, con el tiempo los aficionados del boxeo despertaron a para llegar a la conclusión que Chávez es un verdadero “engaño”, sin condiciones para establecerse como campeón.

Esa ha sido la causa por la que sus presentaciones ya no generan las expectativas, aunque todavía se trabaja para seguirlo presentando como gran figura, en especial para los millones de sus compatriotas que al parecer todavía están en disposición de pagar millones para ir a sus peleas.