Hanley  no quiere ser un ‘chivo expiatorio’

 Hanley  no quiere ser un ‘chivo expiatorio’

 Hanley  no quiere ser un ‘chivo expiatorio’<BR>

 MLB.com.-   Con la primera base desocupada y los Marlins en comando del último juego de su serie vs. los Azulejos, el dominicano Hanley Ramírez fue golpeado en el codo con un lanzamiento de Dirk Hayhurst de Toronto.

Ramírez fue el segundo bateador de la Florida en recibir un pelotazo de Hayhurst. Dos innings antes, Jeremy Hermida también fue golpeado cuando la ventaja de los Marlins se amplió a ocho carreras.

Los Marlins ganaron ese partido 11-3 para completar una barrida del equipo canadiense.

Después de todo, Ramírez dijo que pensaba que el pelotazo recibido por él había sido intencional. También creyó que el manager de los Marlins, el cubano Fredi González, y el abridor Josh Johnson pensaban lo mismo. 

«Todo el mundo lo sabe. Creo que Fredi lo sabe. J.J. lo sabe», dijo Hanley, quien fue golpeado con una recta de 88 millas por hora. (Hayhurst) estaba tirando strikes. No sé por qué (me dio pelotazo).

Hay que preguntarle a él.» Los Marlins anotaron 24 carreras en tres partidos ante los Azulejos. El coach de pitcheo de Toronto es Brad Arnsberg, quien fue despedido del mismo puesto de los Marlins en mayo del 2003.

 Ramírez notó que no hubo respuesta de parte de los Marlins.

Al principio de esta temporada, el 27 de abril en Nueva York, Hanley recibió un pelotazo en la mano de una recta de John Maine, y estuvo fuera del lineup durante cuatro juegos.

 «Ya sabes, increíble», dijo Ramírez al Florida Sun-Sentinal. «Va a haber un momento en que no me voy a sentir protegido.

 Voy a tener miedo de dar jonrón porque sé que me van a dar pelotazo.»

Poco después de enterarse de los comentarios de Ramírez, González indagó el particular y los Marlins cerraron de repente el clubhouse. Ramírez, ahora de 25 años de edad, pertenecía a Boston pero es parte de la élite de la Gran Carpa.

De su poco tiempo en Boston, Ramírez se llevó algunos buenos recuerdos.

 .330 Promedia.  Con el madero, constituyendo ahora  la principal amenaza ofensiva de su equipo.



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