PUERTO PRINCIPE, Haití.-Cinco días después del paso del seísmo del 12 de enero, la duda es a su paroxismo en los sobrevivientes. Si se niegan a permanecer dentro de los edificios para escaparse a su posible hundimiento, evitan también el olor de los cadáveres exteriormente.

Las autoridades haitianas, las que sobrevivieron de la catástrofe, tenían a partir del día siguiente del desastre de aconsejar a los sobrevivientes evitar de estar en sus casas aunque ven que no están afectados el parecer de estos edificios. Una consigna que la gente ha tomado mucho más seriamente a raíz del segundo paso, pero  claramente más minimo que el primero.

 Al « village Solidarité » en la carretera del Aeropuerto, seis personas encontraron la muerte ayer. Una casa afectada por el primer seísmo les cayó arriba en una réplica. Tres otras personas fallecieron en Pétion-Ville, más concretamente a Delmas 95 « Jacquet Toto », en las mismas circunstancias. “Tenían razón cuando decían que nada no está seguro dentro de las casas o en los alrededores de los edificios, esta gente tenían que  escuchar”, ha lanzado  Mireille una cristiana bautista que dirige un servicio de adoración todas las noches en su barrio desde el día del drama.

 Cada vez más personas prefieren en efecto dormir en las calles, en  los lugares públicos, los terrenos deportivos o agrícolas, dejando vacíos sus casas. Sin embargo, para más de uno, el exterior no constituye un lugar para refugiarse.

  Entrevistado por HPN, Markendy, un estudiante en segundo año en Ciencias contable y cuya universidad completamente se destruyó, cree que el olor malogrado de decenas de cuerpo en putrefacción abandonado en las calles es un veneno para el ser humano. Una afirmación que no es forzamiento verdadero según un doctor entrevistado sobre la cuestión por teléfono que no obstante aconseja a la gente llevar máscaras cuando salen en las calles.

 Numerosos son los que llaman a la Radio para deplorar el hecho de que otros no dejen de lanzar esos  cadáveres en las calles sin tener en cuenta las consecuencias.

 A Carrefour, los ciudadanos intentan frecuentar las calles lo menos posible, esta ciudad donde ya se registran varios millares de muertos incluidos 500 alumnos de una misma escuela. Habida cuenta de las coyunturas actuales, es imprescindible elegir entre las casas y las calles, “aunque algunos no desearían ningúna de las dos cosas”.