¿Ha Fracasado el Actual Modelo Económico Dominicano?

¿Ha Fracasado el Actual Modelo Económico Dominicano?

¿Ha Fracasado el Actual Modelo Económico Dominicano?

Durante los últimos meses existe un debate en la sociedad dominicana, en especial entre los cientistas sociales y en particular en los economistas y empresarios sobre la necesidad de cambiar el modelo económico dominicano. Incluso desde el litoral estatal, en específico, en el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPYD) se ha estado buscando asesoría en la Universidad de Harvard, en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y en firmas consultoras francesas en torno a reorientar el aparato productivo dominicano.

La discusión alrededor del agotamiento del modelo económico no es un tema exclusivo de la República Dominicana, en otros países de América Latina y el Caribe se ha estado discutiendo esa situación, incluso guardando la distancia, en España hace algunos meses atrás se aprobó una la “Ley de Economía Sostenible” como forma de reorientar el modelo económico actual español.

Las diferentes teorías y modelos de desarrollo económico convergen en el hecho de que los modelos económicos exitosos dan como resultado que los países crezcan de manera sostenida con una mejoría en la distribución del ingreso de la población, en especial de aquellos grupos poblacionales más vulnerables.

La economía dominicana durante los últimos 50 años ha crecido a una tasa promedio de alrededor del 5.5%, crecimiento que ha sido quizás el más importante de los países de América Latina y el Caribe. Pero además, según las últimas informaciones estadísticas económicas del Banco Central, el tamaño de la economía dominicana se ha duplicado en los últimos 6 años medidos a través del PIB corriente.

Sin embargo, a pesar de esa gran capacidad que ha mostrado la economía dominicana para crecer, los indicadores sociales en torno a la disminución de la desigualdad y la pobreza ha sido bastantes distantes al buen desempeño que ha tenido la economía en materia de crecimiento. Todavía hoy, la pobreza general en la República Dominicana es de alrededor de un 33% de la población total y la desigualdad del ingreso oscila entre 0.50 y 0.60 medida por el Índice de Gini.

La pregunta relevante es, ¿Por qué un país que ha tenido un crecimiento tan impresionante durante los últimos 50 años y que ha duplicado su tamaño en término del crecimiento del PIB corriente durante los últimos 6 años (2004-2009) no ha mejorado de forma sustancial su distribución del ingreso, ni ha disminuido su tasa de pobreza de manera considerable?

En primer lugar, pienso que una de las razones más pertinente que explica el limitado desempeño social del crecimiento, ha sido la debilidad institucional prevaleciente en el país. Esto ha hecho que el crecimiento económico sea muy volátil y errático.

Por otra parte, tradicionalmente los cambios gubernamentales son sinónimos de cambios de políticas públicas y la “clase política dominicana” y su “clientela” han utilizado el estado como una forma de vivir; en segundo lugar, nunca ha habido un intento de crear un mínimo “estado del bienestar” que permita que los segmentos más vulnerables de la población pudieran beneficiarse del crecimiento.

Creo que el actual modelo económico hay que reorientarlo y para eso habrá que enfatizar en tres aspectos básicas: “mejores instituciones”, “más educación” y “más innovación”.

A pesar de la distancia, el contexto y su entorno, el “Modelo Productivo Finlandés” es interesante. Desde los años setenta, ese país comenzó haciendo grandes inversiones en formación de recursos humanos, creando un sistema educativo sólido y modélico, invirtiendo el 3.6% del PIB en “Investigación y Desarrollo (I+D)” y el 6.5 del PIB en “Educación”. Resultado, Nokia es el mejor ejemplo del retorno de esas inversiones.

Entiendo que el país puede dar saltos importantes de “desarrollo”, siempre y cuando la clase política haga lo que han hechos otros países exitosos. En realidad, ellos no son “extraterrestres”, son persona como nosotros de “carne y hueso”.

 

*Director del Instituto de Investigaciones Socioeconómicas (INISE)

Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

 



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