Gracias, Ercilio

Gracias, Ercilio

Gracias, Ercilio

Mi amigo, el distinguido periodista Ercilio Veloz Burgos está entre los promotores del esfuerzo por crear un movimiento de hombres y mujeres que luche por la paz mundial.

Doy las gracias más sinceras a don Ercilio por incluirme entre los convocantes a la primera reunión de esa entidad programada para el próximo día diez en la Universidad del Caribe, a las diez de la mañana. Al recibir la invitación tenía ya el compromiso previo de dictar una charla en Puerto Plata y esa razón de fuerza mayor me impide estar presente en la reunión.

Pero escribo para darles las gracias a Ercilio y sus allegados por incluirme en una lista de personalidades tan prestigiosas como las que integran la lista de convocantes. Monseñor Benito de la Rosa y Carpio, José Joaquín Puello, César Mella, Secundido Palacios, Miguel Ángel Prestol y el doctor Cruz Jiminián son algunos de ellos.

Desde aquí comprometo mi entusiasmo en una causa tan grande como la paz que el movimiento en gestación toma como bandera.

Al mundo se le dijo a comienzos de los años noventa que había terminado la guerra fría y se había iniciado una nueva era de paz. Lejos de ser así, el peligro de guerra es tan grave como en el pasado.

Las mismas grandes potencias blandiendo sus armas y sus arsenales atómicos diariamente.

Numerosos países invadidos por tropas extranjeras, bases militares por doquier, la amenaza del uso de la fuerza es algo cotidiano, el viejo anhelo de la desnuclearización de la península de Corea ha caído por tierra.

Es preciso que la opinión pública en cada país se movilice y se deje sentir contra todos esos riesgos y esta iniciativa por la paz debe ser saludada.

La consigna de la paz tiene un poder inmenso. Ante todo, poder moral. En ocasiones, esa causa ha sacado a las calles de las principales capitales de Europa a cientos de miles de personas.

Aunque parezca extraño, la revolución rusa de 1917 se hizo con la consigna de la paz en primer plano. Paz y pan, dijeron los bolcheviques.

Personalidades como Bertrand Russell pasaron a la historia con tanto mérito por la incansable batalla que libraron contra el guerrerismo y por la paz.

Hagamos desde aquí nuestro aporte a la aspiración de vivir en un mundo pacífico y este movimiento puede ser un buen comienzo.



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