Santo Domingo.-La salida de los cascos azules de su territorio y más que nada el asiduo contrabando desde y hacia Haití es la principal razón por la que el gobierno de esa nación ha volteado su interés en la frontera y una muestra de ello es la creación de un nuevo ejército.
Esta actividad delictiva provoca pérdidas millonarias tanto a República Dominicana como a la vecina nación, por una menor recaudación de impuestos de parte de los productos que pasan de uno y otro lado de la frontera sin ser declarados.
Por poner un ejemplo, durante 2016 el Ejército dominicano incautó alrededor de 6 mil cajetillas de cigarrillos, cientos de litros de diversos rones, bebidas gaseosas, arroz, ajo, entre muchos otros productos que son contrabandeados cada día.
Este tráfico, que supondría mayores ganancias para sus finanzas, es lo que busca controlar Haití.
Desorden mayúsculo
Sin embargo, este tema es solo uno de los puntos neurálgicos del desorden que caracteriza la frontera dominico-hatiana.
Por allí también se trafica con armas, drogas, principalmente marihuana, vehículos robados e indocumentados.
La salida de los agentes de la Misión de Estabilización en Haití (Minustah), programada para octubre de este año, ha impulsado a Haití a la creación de una unidad militar que se encargará principalmente del contrabando fronterizo y desastres naturales.
Según las autoridades haitianas, el organismo estará compuesto inicialmente por unos 500 miembros entre los 18 y 25 años de edad. Desde mediados de los 90 la vecina nación no cuenta con un ejército, ya que el mismo fue disuelto, y en 2004 la ONU dispuso los cascos azules para reducir la violencia.
Las vedas, un escollo
Como parte de los controles extraoficiales y unilaterales el gobierno haitiano ha impuesto en varias ocasiones prohibiciones a la entrada de productos dominicanos vía terrestre, a fin de estos llegaran por puntos formales.
Cada quien con sus prioridades
Mientras el gobierno haitiano busca incrementar sus recursos con mayores controles en el cobro de aranceles, los esfuerzos de los gobiernos dominicanos han estado centrados en frenar la migración de indocumentados, que es el tema de mayor debate mediático.
En medio de estos escenarios el gobierno de Donald Trump ha nombrado como su jefe de gabinete al general John Kelly, uno de los principales conocedores de la realidad dominico-haitiana, quien ha mostrado interés en la región tras labores en Latinoamerica.
