Santo Domingo.-Desde el retorno al poder en 2004 y hasta 2011, durante los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) la tasa promedio anual de apoyo a la democracia por parte de los ciudadanos ha sido de un 67 %.

Si se le mira en contraste con el resto de los países de América Latina, con contadas excepciones, la República Dominicana ha sido puntera en este indicador medido por los estudios de la Corporación Latinobarómetro.

Sin embargo, en el último informe de la entidad no gubernamental, correspondiente a 2017, hecho sobre la base de 20,200 entrevistas del 22 de junio al 28 de agosto, el apoyo a la democracia cae a un 54 %, una bajada de 13 puntos porcentuales con relación al promedio que se había mantenido.

En momentos en que la Dirección de Comunicación de la Presidencia (Dicom) ejecuta una agresiva campaña en redes sociales bajo el eslogan “RD crece y se democratiza”, Latinobarómetro coloca al país en la lista de naciones que han sufrido entre 2016 y 2017 una disminución “muy significativa” del apoyo a la democracia.

República Dominicana se posiciona en ese nicho junto a México, Perú, Honduras y Bolivia, con caída de 5 a 10 puntos porcentuales en el señalado indicador.

Satisfacción y aceptación

El nivel de apoyo que recibe la democracia en el país necesariamente hay que conectarlo con la satisfacción de los ciudadanos con este modelo de gobierno, que es aquí de un 32 %, cerca del promedio de América Latina, pero relativamente muy bajo con relación a Uruguay (57 %); Nicaragua (52 %); Ecuador (51 %) y Costa Rica (45 %).

“La satisfacción con la democracia está altamente correlacionada con la aprobación del gobierno, porque es una variable de desempeño”, establece Latinobarómetro en la lectura de sus hallazgos.

No es casual entonces que –como expresión de insatisfacción-exista una alta percepción (87 %) entre los dominicanos, en el sentido de que en el país se gobierna para un grupo de poderosos.

Este hallazgo contrasta con la proyección que en la propaganda oficial se ha hecho del presidente Danilo Medina como el gobernante de los pobres, que realiza “visitas sorpresa” para escuchar y buscar soluciones a los problemas de sectores históricamente excluidos.

Esta realidad deberá llevar probablemente al Gobierno a revisar la verdadera efectividad de su conexión con el público más humilde y la forma en que este ejercicio se comunica a la población, sobre todo porque la percepción de conflictos entre ricos y pobres es fuerte, con una ponderación de 78 % para República Dominicana, por encima del promedio de América Latina, que es de 76 %.

Choques laborales

Asimismo, los niveles de conflictos entre empresarios y trabajadores tienen una ponderación de 76 %, entre la más alta de la región.

Estos datos podrían estar sugiriendo que faltan esfuerzos para el desarrollo de políticas inclusivas y estrategias que contribuyan a cerrar la brecha entre ricos y pobres.

Si como señala Latinobarómetro la satisfacción con la democracia está vinculada con la aprobación del Gobierno, cabe resaltar este dato: la tasa de aprobación de la administración del presidente Danilo Medina ha caído 24 puntos porcentuales, al pasar de 76 % en 2016 a 52 % en 2017.

Aun así, el nivel de aceptación del Gobierno dominicano está en 16 puntos porcentuales por encima del promedio de América Latina (52 % contra 36 %).

No obstante, antes que dormirse en sus laureles, la gestión de Medina deberá reinventarse si le interesa recuperar el promedio de aceptación de 2013 a 2016, que fue de 77.3 %.

Los mismos autores del estudio de Latinobarómetro afirman que los hechos que debilitan la democracia pudieran percibirse leves, pero que como la diabetes van produciendo efectos de manera asintomática hasta generar problemas serios en el cuerpo social.

No es casual entonces que –como expresión de insatisfacción- exista una alta percepción (87 %) entre los dominicanos en el sentido de que en el país se gobierna para un grupo de poderosos.

La percepción de conflictos entre ricos y pobres es fuerte, con una ponderación de 78 % para RepúblicaDominicana, por encima del promedio de América Latina, que es de 76 %.

Existe mucha desconfianza

La insatisfacción de los dominicanos se ve en múltiples indicadores del estudio, ya que apenas el 11 por ciento entiende que puede confiar en la mayoría de la gente, situación que también se refleja en las instituciones.

Solo la Iglesia obtiene notas sobresalientes en este renglón, pues el 75 por ciento dice confiar en ella, un rango que supera en 10 puntos el promedio de América Latina.

La situación se convierte en crítica cuando se pasa a las instituciones del Estado, lo cual podría tener su explicación en que el 87 % de los dominicanos considera que un “pequeño grupo gobierna para su propio beneficio”.