Un auto arrolló un gato de año y medio de edad en Tampa.
El propietario del felino estaba tan desconsolado que no podía pensar siquiera en sepultarlo así que pidió a un vecino que cavara una tumba poco profunda.
Cinco días después, el 21 de enero, el gato sucio y lesionado salió de la tumba, maullando para que se le alimentara. Bart tenía una quijada fracturada, un ojo aplastado y la cara llena de lesiones, deshidratado y hambriento, pero vivo.