Futuro promisorio

El mercado internacional de capitales recibió una segunda emisión de bonos de la República Dominicana.

La primera operación de esta naturaleza la hizo el Gobierno a principios de año.

Específicamente en febrero.

Entonces el plazo de colocación abarcó 5 y 30 años. Esta vez hay un periodo intermedio de 10 años que involucra un monto total de 1,300 millones de dólares.

No es una noticia halagüeña, aunque se quiera presentar de esa forma. Las autoridades del área económica, de un tiempo a esta parte, diseñan el presupuesto de la nación con partidas que deben ser cubiertas mediante el endeudamiento.

La emisión de bonos es una forma elegante de hacer que la situación económica no se vea tan preocupante. Al menos en el presente.

La emisión de bonos se ha convertido en una fórmula muy recurrente de enviar un endeudamiento hacia el futuro, pero que tendrá que pagarse algún día y de alguna forma.

En resumen, podría decirse que son los costos que pagan los contribuyentes de un país donde, año tras año, el Cobierno y las autoridades monetarias del Banco Central prometen un desarrollo sostenido.

Afortunadamente nuestro pueblo se aferra cada día más a esa esperanza de ver, a la vuelta de los años, ese futuro promisorio.