Francia: ¿la próxima víctima?  

Francia: ¿la próxima víctima?  

Francia: ¿la próxima víctima?  

Desde el estallido de la crisis inmobiliaria en Estados Unidos y su posterior réplica en Europa, algunas potencias parecen haber estado inmunizadas ante el desastre, siendo Francia y Gran Bretaña el mejor ejemplo de éstas. Resulta que luego de la olímpica caída de Grecia, Portugal e Italia, el miedo circundante a la posible caída de España, pudiendo ahogar con ello a la moneda única, se destapa algo nuevo esta caja de pandora: ¿la posible caída de Francia?

Estos temores aunque adelantados no están mal infundados. La France ha sido de los países ganadores ante a la salida del Euro, toma prestado a bajas tasas mientras que ha evitado los vaivenes de sus hermanos países periféricos; pero durante años ha sufrido una perdida continua de su competitividad frente al big brother alemán, tendencia que se ha acrecentado en plena crisis; sumado al empeoramiento del clima de negocios ante la rígida regulación laboral, altísimos impuestos y pesadas cargas sociales como son la jubilación anticipada. Coronado con la remoción de parte de Moody´s de la mayor nota crediticia, dejándola en “Aa1” con perspectiva negativa para una posible rebaja devolviendo presión sobre la deuda europea.  

Mientras Alemania ha emprendido fuertes reformas con un altísimo costo político, sus hermanos franceses han preferido recurrir al aumento del gasto público y de la deuda, que en la actualidad ya ronda el 90% del Producto Interno Bruto. El fantasma de la recesión se asoma este trimestre frente al estancamiento de la economía gala, con cerca del 10% de sus habitantes fuera del sector laboral, acrecentándose en los jóvenes a más del 25%.

El Presidente François Hollande tiene en sus manos el poder político para llevar a cabo las reformas necesarias. Ahora es el momento de hacer un mercado laboral más flexible, hacer un estado más pequeño, eficiente y reducir el déficit al 3% del Producto Interno Bruto. Para lograr esto necesita hacer una profunda reforma fiscal, recortarle el presupuesto a los ministerios, gravar las grandes empresas y a las grandes fortunas. Si Francia no hace este golpe de timón, podría perder el apoyo que hasta ahora a gozado de Alemania y de los inversionistas. Lo que está en juego no es solo el  futuro de Francia, sino también la existencia del Euro.            



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