El gran desempeño de los lanzadores en la actual temporada, evidencia que se acabó con la era de los esteroides en las Grandes Ligas, para reiniciar una de tiradores.
Visto así a los ejecutivos de las Mayores, encabezado por el comisionado Bud Selig, le va muy bien el refrán muy popular entre nosotros cuándo se quiere se puede. Ayer recogí el dato de que por lo menos 18 lanzadores tienen efectividad por debajo de 2.50 o mejor, siendo la mejor etapa para éstos en las Grandes Ligas desde 1972.
La devastadora ofensiva que reinó en las Grandes Ligas, a partir de 1998, sin duda desnaturalizó el béisbol, ya que la frecuencia de los jonrones aumentó de manera abusiva. Cualquier peloterito conectaba r 40 jonrones. Pero como siempre luego de la tempestad, incluso con la participación del Senado de los Estados Unidos, llegó la calma.
127 blaqueadas, dos juegos perfectos, casi tres, y un no hit, es una gran señal del renacer del pitcheo.