Falta de prudencia

Falta de prudencia

Falta de prudencia

La prudencia y el sentido común son dos cualidades que deben acompañar en todo momento a las personas y muy en particular al funcionario público, pero lamentablemente con frecuencia se ausentan a la hora de tomar decisiones.

Vivimos un momento delicado en las relaciones dominico-haitianas en las que se debe quitar del camino cualquier acción que pueda ser interpretada como una provocación.

Ocultar que entre los dos pueblos hay un gran recelo y desconfianza sería negar la realidad. Motivos hay para las desconfianzas, en algunos casos inducidos con mala fe, por desconocimiento o porque algunos sectores se lucran de las relaciones tirantes.

Por tal motivo se requiere del buen tacto y del sentido común, los que les faltaron a las autoridades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo que concedieron, en las actuales circunstancias, la autorización para que en esa academia se rindiera un homenaje a Jean-Jacques Dessalines. Dessalines es un héroe para la mayoría de los haitianos y se entiende que ellos lo honren.

Sin embargo, para los habitantes del lado oriental de la isla (hoy República Dominicana) su recuerdo está vinculado a terribles episodios, incluyendo matanzas en 1805, que por la crueldad y la cantidad de muertos en un período tan corto de tiempo no tienen comparación en este territorio.

Una figura puede ser un héroe para un grupo o una nación y un villano para otro grupo o nación. Ese es el caso de Dessalines.
Decisiones como la que tomaron las autoridades de la UASD solo sirven para dificultar la mejora en las relaciones de los pueblos haitiano y dominicano.

Insistir en el error no sería más que una necedad.



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