El congestionamiento de los puentes que comunican la Capital con la provincia Santo Domingo, todos, en horas de la mañana, constituye un drama que tiene múltiples aristas.

Tenemos décadas madurando soluciones, pero el problema no solo persiste, sino que se agranda.

En horas de la mañana y, con el regreso, en la tarde, son dos nudos que acogotan el flujo del tránsito, entre otras cosas porque por los tres puentes más importantes se desplazan vehículos del transporte público con pasajeros.

Pasajeros que son trabajadores que laboran en diversas empresas del Distrito Nacional; otros, una inmensa mayoría, son estudiantes universitarios, que reciben docencia en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), y que se desplazan a la Capital porque la alta casa de estudios no tiene un recinto en la provincia Santo Domingo.

Hay datos que establecen en 30 mil estudiantes universitarios la población que se desplaza diariamente a la Universidad Autónoma de Santo Domingo, que salen en la mañana y regresan en la tarde. Una impresionante matrícula, que incide de manera sensible en el congestionamiento del tránsito en las horas pico y un aumento sensible en el gasto de combustible.

Esta realidad contrasta con importantes provincias, que cuentan con un recinto universitario, o extensión universitaria, como se le llama, y que no tienen la población estudiantil con que cuenta la provincia Santo Domingo.

Hay voces que desde el Congreso Nacional abogan para que se instalen extensiones en provincias fronterizas, muchas de las cuales apenas cuentan con dos mil o tres mil estudiantes. Es hora ya de que el rector de la UASD y las autoridades que lo acompañan pongan dentro de sus prioridades acorto plazo una extensión de esa casa de estudios en la provincia Santo Domingo.