Europa en Crisis

Europa en Crisis

Europa en Crisis

Luego de centenares de inútiles reuniones y negociaciones, el pasado miércoles 26 de octubre se celebró en Bruselas la reunión de los jefes de estado y de gobierno de la Unión Europea en medio de un sombrío panorama de incertidumbres, para acordar finalmente luego de casi ocho horas de reunión, un plan para enfrentar la crisis de deuda de la zona euro y así inyectar una buena dosis de calma a los mercados.

Las negociaciones se centraron en varios puntos: una quita del 50% de la deuda helena, que equivale a unos 100.000 millones de euros que la banca tendrá que asumir como pérdidas; la recapitalización de la banca europea con cerca de 100.000 millones de euros, el aumento del ratio de capital de calidad del 5% al 9% a los bancos y un complemento al fondo de rescate para elevarlo al billón de euros para detener el contagio al resto de las economías euro, principalmente a España e Italia.

Un punto de discordia fue el papel que debía jugar el Banco Central Europeo. Por un lado están quienes abogaban que el fondo de rescate opere tipo una aseguradora, que consistiría en usar el fondo de rescate para garantizar nuevas emisiones de deuda de España e Italia. Por otro lado están los que deseaban crear un vehículo especial con la finalidad de atraer nuevas inversiones, fundamentalmente de los motores económicos emergentes, como son China o los países del golfo. Al final de la reunión pesó más el valor de aseguradora por tener un impacto superior en frenar el posible contagio por el default griego.

Pero a diferencia de lo que muchos pensaban, la manzana de la discordia en esta reunión de jefes de estado no fue precisamente Grecia, sino Italia. Este país ha logrado quitar los reflectores de las dudas sobre Grecia, arrebatándole un protagonismo que nadie desea tener en estos momentos de crisis. La difícil situación italiana no es solo un problema de deuda, sino de imagen; donde el flamante primer ministro Silvio Berlusconi, en vez de llevar a cabo nuevos recortes acompañados de una profunda reforma estructural para sacar a su nación del lodazal en que está, prefiere estar metido en las faldas de la indiscreción, living la vida loca.   

Este plan funcionará si y solo si incluye el apoyo irrestricto del organismo emisor europeo, siendo el prestamista y financiador de última instancia, el cual será necesaria su participación con toda la artillería de impresión para comprar deuda pública, en el caso de que el plan por sí solo no sea suficiente. Es necesario que esta reunión marque un punto de inflexión.  Estos acuerdos políticos le ponen un parche momentáneo a la profunda hemorragia financiera, pero está comprobado que no logra curar la herida. Ahora es cuando la Unión Europea debe de demostrar de qué está hecha, y hasta dónde está dispuesta a llegar para mantener operativo su joya: El euro, aunque esto significar crear inflación.



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