Estamos en la obligación de romper el sistema

Estamos en la obligación de romper el sistema

Estamos en la obligación de romper el sistema

Estamos en la obligación todos y todas de romper este sistema, un sistema económico que hace que la gente sufra todos los días y hace que la gente no seamos felices, hay que acabar con él, sin miedo.

Muchas veces nos dicen ¿Y cuál es tu sistema?, ¡Pues no se cual es el mío!, entre todos lo iremos descubriendo porque el que tú tienes no nos gusta, pues hace que la gente sufra y permite que se arranquen los árboles en todos los pulmones del mundo entre ellos la Selva amazónica,

¡El que tú tienes, contamina nuestros ríos, nuestros acuíferos, nuestra atmósfera! ¡El que tú tienes, nos lleva a guerras cruentas donde hay miles de madres que no tienen ni lágrimas en los ojos, llorando porque les han matado a sus hijos y sus seres queridos!.

¡El sistema, que tu tienes, es en el que flotan los cadáveres en el canal de la Mona, buscando una vida mejor, los inmigrantes!, ¡El que tú tienes, nos roba y no nos vale!

¡El que tú tienes, quiere trasformar las semillas genéticamente, que es una herencia de todas las generaciones que las hemos ido conservando, porque no sabemos las consecuencias de esas semillas genéticas y las enfermedades que pueden traernos.

Por eso queremos un sistema, donde las gentes sean felices y la economía esté al servicio del ser humano, la libertad, la justicia, la educación, la salud: ¡todo esté al servicio de las personas! Y un sistema que cuide de las plantas, de los animales y de las personas, porque es el futuro.

Y por ese sistema tenemos que pelear, jóvenes y mayores, todos hacia esa dirección y por eso luchamos y lucharemos, no solamente por lo mediático o por un convenio, si no por un cambio de sociedad, donde realmente la sociedad sea más justa.
Si Jesús estuviera en vida con nosotros hubiera estado con los mas desposeídos, con los jornaleros, los desahuciados y con los pobres.

Y se lo repito, que si Jesús estuviera en vida con nosotros, hubiera estado con los Jornaleros y con los Desahuciados y con los Pobres, y con los que no tienen espacio en la sociedad.

¡Seguro que hubiera estado con nosotros! Porque era un disidente y porque se enfrentó al poder de la injusticia.

Y por eso aclamamos hoy en todos los lugares, que la lucha nos va a dar lo que las leyes nos quita, lo que nos roban los despachos de alfombra en donde se reúnen estos señores.

¡Que no sabemos ni cómo, ni cuándo, ni qué es lo que hablan!.

Son los que nos hablan de los derechos humanos, los que nos hablan de los derechos de la mujer, lo que nos hablan de los derechos del niño.

¡Del derecho del niño, nos hablan ustedes, cuando permiten que en los países pobres secuestren a los niños y les roben los órganos y los vendan en los países ricos!

¿De qué nos van a hablar ustedes? Del derecho de la salud de las personas, ¡y meten la droga a mantas, por avión, por barco, solamente por el dinero! ¿De qué nos van a hablar, de paz? ¡Vendiéndole armas a esos países pobres, para que se maten y mueran cientos de personas inocentes.

¿De qué nos están hablando? Si solo tienen bancos, cajas fuertes y dinero ¡no tienen sentimientos! ¡No tienen corazón!



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