¿Está vivo tu diente?

¿Está vivo tu diente?

¿Está vivo tu diente?

Yamel Villabrille, Odontóloga - Endodoncista

En ocasiones hemos escuchado el término de «diente muerto», y aunque no sea la forma más correcta de nombrarlo sin duda es la más entendible.

Nuestros dientes tienen nervios en su interior, lo que les permite gozar del flujo sanguíneo, sensibilidad y nutrientes. La pulpa o nervio dental juega un papel importante en el desarrollo y funcionamiento de los dientes.

Cuando nos referimos a un diente muerto en realidad quien ha muerto no es el diente sino el nervio, este se ha necrosado. Pero ¿qué puede desencadenar dicha muerte? Existen diversas razones:

-Traumas dentales: accidentes automovilísticos, durante prácticas deportivas, golpes, caídas, bruxismo severo, entre otros; la irrigación sanguínea deja de llegar al nervio debido al daño provocado, produciendo su muerte.

-Caries dentales: las bacterias presentes en las caries penetran hasta la pulpa afectándola constantemente, aunque la pulpa comience su método de defensa a través de un proceso inflamatorio para combatir la infección bacteriana, se debe intervenir la pieza eliminando dicha caries, en caso de no realizarlo pues entonces habrá muerte pulpar.

-Enfermedades periodontales: algunas patologías a nivel de la encía y el hueso alveolar son muy severas y sus bacterias terminan afectando uno o más dientes que circundan la zona.

-Iatrogénicas: durante algunos trabajos dentales ya sean tallados de pilares para prótesis dentales, preparación de alguna cavidad dental, entre otras; el odontólogo puede cometer el error de exponer la pulpa y lastimarla. En este caso existen tratamientos inmediatos para prevenir la muerte pulpar pero lamentablemente no siempre resultan ser exitosos.

Los síntomas y signos que alertan sobre una muerte pulpar son muy simples y fáciles de detectar. Suelen haber cambios de color en el diente regularmente a un tono grisáceo, dolor en una zona localizada, inflamación de la encía o la cara, mal olor del diente en cuestión y la aparición de fístula mucosa o cutánea.

Cuando el diente «se muere» no debes enterrarlo o descartarlo, en vez de asistir a su funeral solo debes acudir a un odontólogo especialista en endodoncia para que te realice un tratamiento de canal y así salvar la pieza, que aunque ya no volverá a ser vital si podrá ejercer su función masticatoria y estética durante un largo tiempo.

Dios te bendiga abundantemente.

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