El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez reiteró ayer el compromiso de su Gobierno con Europa, en cuyo espacio político, recordó, se debe dar una respuesta a la actual crisis migratoria en el Mediterráneo.

“Política migratoria sí, pero con derechos humanos”, subrayó Sánchez en un acto en Oviedo (norte) en el que hizo balance de los cien días de su llegada a la presidencia del Ejecutivo español, durante los que la gestión de la llegada masiva de inmigrantes al continente europeo a través de las costas del sur de España ha sido uno de los principales asuntos.

Sánchez reivindicó que su llegada al Gobierno, tras ganar la moción de censura presentada por los socialistas contra el expresidente del Gobierno español Mariano Rajoy, no es “un mero accidente” y fijó en el año 2030 el plazo llevar a cabo la “gran transformación” que exige España basada en cinco ejes- educación, empleo, sanidad, medio ambiente y pensiones.

Aseguró que el crecimiento económico de España seguirá siendo robusto y se comprometió a continuar su labor con “coherencia, diálogo, realismo y ambición” siempre bajo el principio de la “justicia social”.

“Hace cien días, del Gobierno salió la resignación y entró la esperanza, y gracias a ello el cambio ya no es una posibilidad, sino una realidad”, aseguró. Presumió de tener el Gobierno con más mujeres que hay en el mundo.