El tema del narcotráfico está permanentemente en los medios de comunicación.

En ese orden toda información sobre combate y control que se difunde hay que tomarlo con pinzas.

Hace poco, de manera unilateral, un alto rango de la Fuerza Aérea declaró que el espacio aéreo del país estaba libre de tráfico de drogas.

Esa información se apoya en el uso de los aviones Tucano, que según el militar sus vuelos y vigilancia inciden en el control del problema.

La fuente plantea: “Somos un país muy poco vulnerable ya, por el océano y en el espacio aéreo hay cero traza; no pueden incursionar en nuestro espacio sin ser detectados por nuestros aviones”.

Esa situación contrasta con lo que revela el trabajo cotidiano de la Dirección Nacional de Control de Drogas.

Hace poco el organismo informó de un decomiso de cien paquetes, presumiblemente de cocaína o heroína, que entraron en un barco procedente de Perú.

De igual forma se conoció de otros casos vinculados con el tráfico de drogas. En materia de vigilancia y combate al narcotráfico sin duda hemos avanzado.

Pero no tanto como para hacer afirmaciones rotundas. Debemos poner atención a los casos señalados.

Eso nos indica que todavía somos un país sensiblemente vulnerable, y que hay que redoblar los esfuerzos.

En la lucha contra el narcotráfico no se puede cantar victoria, ya que se trata de un trabajo inconcluso y de grandes retos, todos los días.