Escuelas y hospitales sismo resistentes

Escuelas y hospitales sismo resistentes

Escuelas y hospitales sismo resistentes

Durante siglos, los terremotos han sido el gran tormento de la humanidad, ya que hasta ahora no se ha podido encontrar un mecanismo predictivo que permita establecer con precisión cuándo y dónde se ha de producir el próximo gran terremoto capaz de poner en peligro nuestras vidas y nuestras propiedades.

Los grandes terremotos ocurridos en Chile, Alaska, Sumatra, Japón, Haití, China, Turquía, California, México, y muchos otros países, han producido centenares de miles de muertes debido al colapso de estructuras que no resistieron las sacudidas sísmicas, y esa vulnerabilidad estructural genera pánico en cualquier lugar del planeta donde exista la posibilidad de un gran sismo, incluyendo a la República Dominicana.

En cada terremoto devastador ha quedado evidenciado que las estructuras colapsadas han sido aquellas mal construidas sobre suelos de mala respuesta sísmica, principalmente viviendas, escuelas y hospitales, en cuyos diseños fueron ignorados los principios fundamentales de la sismicidad, de la sismo geotecnia y de la ingeniería sismo resistente.

El terremoto del 2008 en Sichuan, China, aplastó 6,000 escuelas; y el terremoto del 2010 en Haití, aplastó 5,000 escuelas, lo que debió generar una alarma mundial que llevara a cambiar los diseños de las escuelas en zonas sísmicamente activas, sin embargo, no ha sido así.

Al día de hoy las escuelas se siguen diseñando y construyendo con el mismo criterio simplista tradicional donde sólo se persigue cumplir con el compromiso social de construir una escuela en cada sector, indistintamente de que esa escuela colapse, o se quede de pie, con el próximo evento sísmico, y en el siglo XXI eso es vergonzoso e inaceptable.

El Sr. Presidente de la Rep. Dominicana, Danilo Medina, acaba de autorizar la construcción de 100,000 nuevas aulas para el próximo año 2013, y otras 190,000 aulas para los dos años subsiguientes, habiendo sorteado entre ingenieros de todo el país la primera parte de ellas.

Pero queda una pregunta pendiente: ¿Se ha pensado en que los diseños de cada escuela deben responder a criterios de sismo resistencia extrema?, y que cada escuela debe ser un potencial refugio escolar y comunitario, en lugar de ser una potencial tumba colectiva al momento de un terremoto.

Hasta ahora no hemos escuchado la primera opinión pública que certifique que cada nueva escuela ha de ser construida atendiendo al tipo de suelo del emplazamiento y a la respuesta sísmica de ese suelo, de forma tal que bajo ninguna circunstancia la escuela colapse durante un próximo evento sísmico similar al de Haití 2010.

De igual modo, el Presidente Danilo Medina se ha empeñado en visitar algunos de nuestros destartalados y sismo frágiles hospitales, como el Luis E. Aybar y el José María Cabral, y ha dado instrucciones para su inmediata intervención y rehabilitación, pero no se escucha que la intervención debe incluir el reforzamiento o el aislamiento para convertirlo en sismo resistente, porque muchos de nuestros ingenieros piensan que en nuestro país nunca se ha de repetir un terremoto de magnitud 8.1 como el ocurrido en Nagua el 4 de agosto de 1946, y que lo ocurrido en Puerto Príncipe, Haití, el 12 de enero de 2010, nunca ha de ocurrir aquí, y esos criterios deben ser revisados.

Es tiempo ya de que se promulgue una ley que obligue a que todas las escuelas, hospitales, iglesias, estadios, ayuntamientos, gobernaciones, cuerpos de bomberos, agencias de socorro, puentes y recintos policiales y militares sean construidos con criterios de sismo resistencia, porque usted ve escuelas y hospitales construidos en diferentes lugares pero con los mismos criterios estructurales, indistintamente de que el emplazamiento sea roca, sea arcilla o sea arena saturada, y eso es un grave error conceptual que debe cambiar.

Los grandes y medianos sismos han demostrado que edificaciones ingenieriles, aparentemente robustas, colapsaron por estar mal construidas sobre suelos de mala respuesta sísmica, debido a que los suelos flexibles amplifican las aceleraciones, aumentan los períodos de vibración de los suelos y aumentan las fuerzas sísmicas y las deformaciones en las estructuras; mientras estructuras aparentemente frágiles, hechas sin ingeniería, resistieron grandes terremotos por estar construidas sobre rocas de buena calidad que no amplifican las vibraciones sísmicas, y eso es así, aunque algunos estructuralistas se nieguen a aceptarlo.

Cuando no hay rocas sobre las cuales construir edificaciones o estructuras estratégicas, se requiere del apoyo de la ingeniería sismo resistente, la cual comienza con la correcta evaluación de la respuesta sísmica de la columna estratigráfica del suelo, en base a las velocidades de propagación de las ondas sísmicas de corte (Vs) en cada horizonte, de forma tal que se diseñe una estructura que resista la peor respuesta sísmica de ese suelo.

La moderna y verdadera ingeniería sísmica permite construir cualquier cosa en cualquier lugar, siempre y cuando sepamos exactamente qué tipo de roca o suelo tenemos y cuál ha de ser su comportamiento sísmico, pero usualmente no se evalúa la respuesta sísmica del suelo y se construye cualquier cosa, de cualquier forma, en cualquier lugar.

El Presidente Medina tiene el reto de garantizar que las nuevas escuelas y los nuevos hospitales sean construidos con criterios de sismo resistencia, porque cada día estamos más cerca de ser estremecidos por un gran terremoto.



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