SANTO DOMINGO.-Enterrar cualquier tipo de nerviosismo, antes de subir al montículo el pasado miércoles por primera vez en las Grandes Ligas, fue clave para el cotizado prospecto Fernando Romero, de Minnesota.

Romero controló sus emociones para tener un gran debut, blanqueando a los Azulejos de Toronto durante cinco entradas y dos tercios, permitiendo 4 hits, con 3 bases por bolas y 5 ponches para acreditarse el triunfo 4-0.

“Cuando llegué al estadio, como a las 9:40 de la mañana, puse mi mente ‘ready’ de una vez y dije: Es mi día. Vamos a lo que vinimos, estoy saludable”, dijo Romero.

Añadió que metió mano porque eso era lo que Dios tenía en el paquete para él. “En esa apertura no me sentí nada extraño, fue como parte de mi rutina, como si estuviese lanzando en las menores. Me sentí confiado gracias a Dios”, aseguró el nativo de San Juan de la Maguana.

Aunque sus compañeros, incluyendo su dirigente, no creyeron que Romero estaba nervioso. “Creo que muchas personas desarrollan la capacidad de mostrar confianza externamente, y no estás seguro de lo que sucede dentro”, dijo Molitor. Molitor reconoció a Romero por su gran desempeño.

Después del juego, Molitor se puso delante del equipo y le entregó a Romero una bolsa de plástico con una pelota de béisbol especial.

Era la bola que Romero había utilizado para ponchar al primer bateador que enfrentó en las Grandes Ligas, Curtis Granderson, y los Mellizos la guardaron para él.

Fortaleza
Romero promedió casi 98 mph en su bola rápida en su primera salida, de acuerdo con los datos publicados por Baseball Savant.

— En familia
Romero dijo que cuando los Mellizos lo subieron llamó a su madre. “Le dije: ‘Mamá, me llamaron a las Grandes Ligas’. Estaba saltando de alegría.

Ella le dijo a mi padre, y mi padre se estaba volviendo loco”.