Nuestro país está experimentando un fenómeno muy importante y beneficioso, caracterizado por la propagación del uso de fuentes de energía renovables, o energía limpia.

Esta energía es generada a partir de fuentes primarias respetuosas con el medio ambiente y que no contaminan, como son la eólica que es obtenida de la fuerza del viento mediante la utilización de la energía cinética generada por las corrientes de aire, o la solar, aquella lograda mediante el empleo de colectores solares que pueden transformar las radiaciones en energía térmica.

La energía convencional depende de combustibles como el diesel, GLP o carbón y requieren una planta matriz para la quema de dicho combustible además del elemento de generación, y todo lo anterior con un alto costo de mantenimiento.

La energía limpia, como en el caso de la energía solar, solo requiere luz solar y muy pocos gastos de mantenimiento.

Si bien es cierto que de momento aun no están desarrollados los medios económicamente viables para que las energías verdes aporten las 24 horas, 7 días a la semana, de manera que se puedan considerar como energía base permanente, su uso constituye un enorme alivio al sistema eléctrico. Esto es así ya que producir electricidad desde una planta eléctrica cuesta aproximadamente entre US$0.12/16 el kilowatt hora (kwh), mientras que para una planta solar o eólica, dicho costo es casi nulo.

Recién se anunció al país que se ha autorizado al construcción en los próximos dos años de ocho nuevos proyectos solares y eólicos que se unirán a otros tres ya en operación para aportaran más de 550 megavatios al sistema eléctrico nacional interconectado.

Estos nuevos proyectos, tres eólicos y cinco solares, y con una inversión estimada de US $780 millones, aportarán el equivalente al 50 % de la energía que producirá Puna Catalina, con apenas el 35 % de la inversión.