El ministro de Deportes, Jaime David Fernández Mirabal dio en la Diana, él define el abandono de centenares de instalaciones como uno o el principal problema del país en ese sector.
No es posible, y ha sido uno de los temas más tratados por esta columna durante años, que se inviertan millones en obras, para que al poco tiempo estén destruídas o abandonadas por completo.
Parecería que ese ha sido parte de un negocio que deja grandes beneficios económicos, porque no es posible que situaciones tan enojosas como esa estén ocurriendo en un país que ha hecho una defensa a rajatablas por el impedimento de exportar pollos y huevos a Haití, lo que genera apenas unos milloncitos de pesos.
La destrucción y el abandono de instalaciones deportivas, es un problema que incide negativamente en esta sociedad.
Con la admisión pública de ese problema por parte de Jaime David, debe iniciarse una campaña en defensa de las instalaciones deportivas diseminadas en todo el país.
No es justo ni moral, que situaciones tan vergonzosas como éstas, estén sucediendo en las mismas narices y ojos de quienes deben defender ese sagrado patrimonio nacional.
