En busca del “mayor consenso posible”

La semana pasada conversábamos con el Ministro de Economía y hacía un planteamiento que en principio resultaba chocante, pero que luego del impacto inicial empieza a mostrar su lógica.

Decía él que en decisiones donde se mueven intereses grandes puede llegarse al mayor consenso posible, pero nunca se podrá lograr la unanimidad.

¿Tendrá razón don Isidoro?

Veamos, en las discusiones para el pacto eléctrico solo se lograron acuerdos en las partes en que el Gobierno tenía que hacer concesiones o en asuntos cosméticos.

Y fue que el sector empresarial prefirió no estar presente en las discusiones y le cedió su espacio a los generadores de electricidad, que, aunque empresarios, solo jalarían para su lado.

¿Acaso pensaron los comerciantes, los industriales, la banca, las telecomunicaciones, la minería, el turismo, productores agropecuarios y sectores como esos, que los intereses de ellos en el sector eléctrico eran los mismos que los de los generadores?

¡Ay Chavito, no pregunte que si serán brutos!

Con el pacto fiscal pasa igual, siempre estaré de acuerdo en que me reduzcan los impuestos o me los exoneren y que le pongan la carga al otro. Es una lógica humana.

En decisiones que tocan intereses el consenso ideal es el “mayor posible”, sabiendo que nunca se alcanzará la unanimidad.

Los representantes del sector empresarial deben entender que a ellos les conviene un sistema eléctrico eficiente con una carga económica razonable, aunque eso reduzca las ganancias de los generadores (que en cualquier caso seguirán siendo muy elevadas) y un sistema tributario equitativo que permita a las empresas crecer sin distorsiones y que el Estado pueda atender a los más vulnerables.

En ambos casos, la producción sale ganando, el empresario sale ganando, los vulnerables pueden mejorar y el Estado podrá decir: “Felices los cuatro”.